TERCERA EDICIÓN, CORREGIDA Y AUMENTADA
María Amparo Casar, 2020
En 2015 se publicó la primera edición de Anatomía de la Corrupción y en 2016 apareció una segunda edición, corregida y aumentada. A partir de entonces se han producido nuevos estudios, indicadores, encuestas y reportes sobre corrupción e impunidad a nivel nacional e internacional. Se han actualizado diversos índices utilizados en las ediciones anteriores y se ha avanzado en la recopilación de datos y estadísticas de distintas fuentes y dependencias gracias a solicitudes de transparencia. Por su parte, la investigación aplicada y el periodismo de investigación, han seguido dando frutos sobre la extensión y profundidad del fenómeno de la corrupción y los pocos avances en la impunidad que la acompañan.
Esta tercera edición incorpora la nueva información producida en los últimos dos años y material al que no se había tenido acceso en ediciones previas. Cada uno de los capítulos fue actualizado y fortalecido a partir de los nuevos hallazgos. La realidad y la perspectiva planteadas desde la primera edición de Anatomía de la Corrupción siguen siendo, sin embargo, las mismas o, si cabe, peores.
La corrupción y la impunidad se mantienen como problemas sistémicos y transversales sobre los que poco se ha actuado. A pesar de que la lucha contra la corrupción y la impunidad forma parte de todos los discursos y ofertas políticas de los partidos y gobernantes, en particular en el gobierno del presidente López Obrador, ninguno ha implementado una política integral que permita la disminución de esta práctica de manera sistemática y sostenida. Sigue prevaleciendo entre los gobiernos, federal y locales, la costumbre de abusar del poder político para beneficio personal o de un grupo político y, después de abusar, la práctica de sustraerse a la justicia. En las empresas y en la sociedad en general tampoco se pueden reportar mayores avances.
A pesar de mostrar una preocupación por el fenómeno de la corrupción, la mexicana sigue siendo una sociedad dispuesta a practicarla si piensa que de ella obtendrá un beneficio personal; que se mueve en los márgenes del Estado de derecho; y que se encuentra alejada de la cultura de la legalidad, indispensable para que la democracia adquiera significado. Registramos, eso sí, discursos políticos más encendidos condenando la corrupción y la impunidad. También son cada vez más las instituciones académicas, centros de pensamiento, organizaciones de la sociedad civil y asociaciones empresariales y de profesionistas que dedican su tiempo, recursos y esfuerzo a difundir las causas y costos de la corrupción y la impunidad, así como proponer formas para evitarlas. Muestra de ello fue la participación de diversas organizaciones sociales, acompañadas por más de 630 mil ciudadanos, en el diseño del Sistema Nacional Anticorrupción o el indiscutible triunfo electoral de una campaña articulada alrededor de la promesa del combate a la corrupción. Es un importante y exitoso paso en el plano normativo que aspira a transformarse en la punta de lanza para la prevención, investigación, denuncia y sanción de las conductas de corrupción.
Pero es todavía más importante por la señal que envía: la esperanza de que si cada vez más mexicanos abrazamos la causa podrá lograrse una sociedad menos corrupta y sobre todo menos impune. Con esta tercera edición de Anatomía de la Corrupción seguimos difundiendo la idea de que la corrupción tiene demasiados costos como para seguir tolerándola y de que debemos combatirla no solo en el discurso o en el papel, sino con acciones y políticas que no dependan del voluntarismo y permitan disminuir la corrupción de manera efectiva. Seguimos sosteniendo que erradicar la co rrupción nos conviene, que combatirla es un buen negocio y que, sobre todo, que México no está condenado a ser un país corrupto.
La realización de este reporte ha sido posible gracias al apoyo del pueblo de los Estados Unidos a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Su contenido es responsabilidad de los autores y no refleja necesariamente el punto de vista de USAID o del gobierno de los Estados Unidos de América.