Por Jacinto Rodríguez Munguía
La única vez que este abogado mexicano habló sobre el tema fue hace 50 años. Una tarde de fines de julio de 1972 un periodista estadounidense llegó hasta la puerta de su oficina y, con hojas en mano, le preguntó directamente: ¿Ésta es la firma de su padre? Frente a él, la copia borrosa de un cheque emitido por el Banco Internacional en el que apenas se veían los trazos y el nombre del beneficiario: Manuel Ogarrio Daguerre.
La primera respuesta que se le ocurrió a Alejandro Ogarrio Ramírez, hijo de Manuel, fue que esa firma no se parecía a la de su padre. Que no estaba seguro, que los rasgos no coincidían…
Ha pasado medio siglo desde entonces.
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