EL NEWSLETTER DE MEXICANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD
Cabeza de Vaca transfirió $39 millones a empresa fantasma

 

LEER MÁS
 

 

 

Cuando la pandemia llegó al país, el sistema penitenciario entró en crisis, principalmente en los centros de reclusión más desatendidos históricamente. Con uno de los manejos más opacos, México alcanzó una de las estadísticas de mortandad más letales a nivel América Latina, un avance lento en la vacunación y sin infraestructura para atender los contagios. Cada penal vivió su propio infierno, especialmente el de San Miguel, Puebla, el segundo más peligroso a nivel nacional, donde Marco Antonio Lara cuenta cómo fue ese calvario en «La nave de la muerte».

 



 

Por Alejandro Melgoza 

Marco Antonio Lara Franco es uno de los más de 3 mil contagiados en penales del país que lograron evadir la lista de los 256 fallecidos desde que comenzó la emergencia sanitaria hasta junio de este año, de acuerdo con datos proporcionados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en respuesta a solicitudes de información realizadas.

Sin embargo, la organización Así Legal ha encontrado que las defunciones llegan a 284, a lo que se suman 73 custodios. A pesar de ello, sólo se han vacunado al 18% del total de la población penitenciaria, según los datos de la CNDH.

Pocos centros de reclusión quedaron exentos de la llegada del virus a su interior. Aunque los contagios y las defunciones se registraron en tres cuartas partes de ellos, la incidencia fue mayor en Ciudad de México, Baja California y, por supuesto, Puebla.

La información de las autoridades muestra un mapa de la letalidad: las cárceles en donde murieron más personas son las de la capital del país; lo mismo que las de Baja California, donde se ubican las llamadas El Hongo y El Hongo II; también se encuentra la de Coatzacoalcos, Veracruz; y la de Puebla capital, donde solo han vacunado al 4.6% de las personas privadas de la libertad de dicho estado.



 

Los indicadores de defunciones y contagios en Puebla son los segundos más altos del país, luego de la Ciudad de México, a pesar de que la población penitenciaria poblana es tres veces menor que la capitalina.

Sobre lo anterior, el área de prensa de la Secretaría de Seguridad local, encargada de los penales en Puebla, no respondió el cuestionario enviado por MCCI desde el pasado 1 de julio. El responsable solo señaló a título personal que se trata de la única entidad que habilitó un penal como hospital para la atención de presos enfermos.

El penal de San Miguel, Puebla, mejor conocido como el Cereso de Puebla, es uno de los 288 que conforman el sistema penitenciario del país y uno de los que ganó fama por los actos negligencia durante los picos de la emergencia sanitaria.

No sólo es uno de los penales con mayor opacidad, que no siguió los lineamientos anunciados por López-Gatell, sino que se llevó el segundo lugar de las defuncio



LEER MÁS
 



 

Por Rodrigo Limón

Una reforma de ley en la Ciudad de México permitirá a las alcaldías destinar los recursos del presupuesto participativo a otros proyectos, ignorando al voto ciudadano.

En la Ciudad de México, el presupuesto participativo es un instrumento mediante el cual la ciudadanía vota para decidir en qué deberá aplicarse una cantidad determinada de recursos públicos para el mejoramiento de su entorno, como proyectos de obras y servicios o equipamiento e infraestructura urbana. El presupuesto participativo se ha ido transformando y, después de cada consulta realizada, ha adquirido valor social. La evolución en la comunicación, la ejecución y el seguimiento de los proyectos ha generado un sentido de pertenencia dentro de las colonias con las vecinas y los vecinos más políticamente activos.

LEER MÁS
 

 

 



 

Gracias por leer una edición más del newsletter de MCCI. Te invitamos a que te unas a la discusión y nos hagas llegar tus comentarios a [email protected]

 

Hasta la próxima 

 

Facebook

Twitter

Website