Por Ernesto Aroche*
“Le pregunto de manera general: ¿cómo se integra la Cuenta Pública?”. Quien pregunta es Sergio Salomón Céspedes Peregrino, un priista que hoy preside la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso de Puebla (Jugocopo) bajo los colores de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Al frente y a su derecha, Amanda Gómez Nava prepara su respuesta. Ella acaba de renunciar a su cargo como titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP) del estado de Puebla, para competir por la vacante como titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE).
Esta vacante se produjo luego de que el anterior auditor, Francisco Romero Serrano, fuera destituido por el Congreso local tras enfrentar denuncias por violencia doméstica. Romero Serrano llegó como titular del ASE a finales de 2019, cuando el Congreso poblano, dominado ya por Morena, lo eligió para ocupar el cargo hasta 2026.
Aunque se trata de un cargo que por su naturaleza —valorar, estudiar y calificar la Cuenta Pública del estado— debe mantener autonomía del poder político, especialmente del Ejecutivo. Sin embargo, lo cierto es que es una posición en la que el titular del Poder Ejecutivo tiene la última palabra, así fue durante los gobiernos priistas, así fue durante los gobiernos panistas y así ha sido con el gobierno del morenista Luis Miguel Barbosa. De hecho, la salida de Romero Serrano de la ASE fue una larga novela que se leyó en las columnas políticas locales, las cuales fueron contando las desavenencias con el gobernador y cómo cayó de su gracia.
*Todas las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de cada uno de los autores y no representan la postura de Nexos o Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
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