Cuando se habla de división de poderes, casi siempre se piensa en la separación clásica en tres grandes ramas —el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial— que juntan toda la acción del gobierno. Sin embargo, esta visión deja de lado el largo camino que ha recorrido la democracia mexicana para crear diferentes maneras de enfrentar los desafíos de gobernar un país tan heterogéneo y complejo como México.
No solo se han creado órganos autónomos que, incómodos o no para el gobierno en turno, se encargan de temas fundamentales para los mexicanos, como el derecho al acceso a la información (INAI) o la celebración de elecciones confiables (INE), sino que se han creado sistemas para la coordinación y el trabajo conjunto entre los gobiernos de los estados y el gobierno federal.
Pocas veces se les pone atención en la discusión pública, pues la notoriedad del presidente de la República, la acción de los legisladores o las decisiones de los jueces capturan casi toda la atención, pero en México se han creado diferentes sistemas en que los gobiernos locales y el gobierno federal tienen que trabajar día con día de manera coordinada en temas como salud, educación, medio ambiente, cobro de impuestos, investigación científica, seguridad pública o celebración de elecciones. Los buenos o malos resultados en estas materias no solo son responsabilidad de un presidente, de un gobernador o de una presidencia municipal, sino de un intrincado sistema de colaboración que pocas veces se revisa con atención: los sistemas nacionales establecidos en la Constitución.
En el estudio que puede descargarse libremente al final de esta página se encuentra una amplia investigación sobre seis grandes temas que son fundamentales para la vida de los mexicanos: 1) cómo se cobran y distribuyen los impuestos para que las autoridades tengan presupuesto; 2) cómo se revisa el gasto de todos los gobiernos; 3) cómo se garantiza que haya información transparente accesible para la ciudadanía; 4) cómo se organizan elecciones confiables; 5) cómo se garantiza que haya seguridad y, 6) cómo se combate a la corrupción. Si hay éxitos o fracasos en estos temas, mucho se debe a cómo están diseñados y operan los sistemas nacionales que les corresponden. Por ejemplo, dependiendo de cómo se ponen de acuerdo (o no) las policías de los municipios y los estados con las fuerzas de seguridad de la federación es que algunas regiones del país tienen mejores o peores índices de violencia, y esto sucede en el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En este amplio trabajo, que nos han ayudado a coordinador los académicos Sergio López Ayllón y Pedro Salazar Ugarte, presentamos una revisión a profundidad de seis sistemas nacionales, cada uno de ellos analizado por investigadores especialistas en la materia, para saber cómo surgieron, cuál es su diseño y cómo funcionan en la realidad. Como podrá verse, ninguno de ellos es perfecto y todos tienen grandes áreas de oportunidad, pero sin un estudio cuidadoso de ellos, es posible caer en la tentación de creer que los grandes problemas del país pueden solucionarse solo con un cambio en la Constitución, con una orden dada desde el Palacio Nacional o con la mera voluntad política de los actores.
Sistemas Nacionales analizados en el estudio

El estudio Los sistemas constitucionales: diseño, funciones y resultados. Los dilemas del federalismo mexicano en la construcción de políticas públicas es una oportunidad no solo para aprender cómo opera realmente el gran entramado de leyes y funcionarios que tienen que trabajar para que los impuestos se recauden y usen con eficiencia o haya elecciones, sino que también es una hoja de ruta para el futuro, pues cada capítulo se acompaña de recomendaciones específicas de qué es necesario hacer para hacerlos funcionar mejor. El combate a la corrupción, por ejemplo, requiere mucho más que buenas intenciones o volver a empezar de cero creando nuevas instituciones; se necesita entender qué sí y qué no funciona, pero más importante, por qué y cómo podríamos hacer cambios para tener un sistema que funcione independientemente de quién esté en el poder.
En última instancia, el objetivo de este libro es ofrecer de manera gratuita conocimiento que será de utilidad para estudiantes, funcionarios públicos, políticos y ciudadanos que estén preocupados por entender por qué tenemos buenos o malos resultados en estos temas tan importantes y, más importante aún, qué podemos hacer al respecto.