El 15 de diciembre el periodista Ciro Gómez Leyva fue víctima de un atentado contra su vida en el que dos personas desconocidas le dispararon en el camino de vuelta a su domicilio. Un día antes, desde su conferencia matutina el presidente Andrés Manuel López Obrador había declarado: “Hay que seguir, hay que seguir, hay que seguir informando, no dejándoles libre el terreno. Imagínense si nada más escucha uno a Ciro o a Loret de Mola o a Sarmiento; no, pues… Además, es hasta dañino para la salud, o sea, si los escucha uno mucho hasta le puede salir a uno un tumor en el cerebro”.
Desde Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad condenamos este ataque en contra de la vida de un periodista y exigimos a las autoridades una investigación que identifique y sancione a los responsables materiales de este atentado. Acompañamos la demanda de acciones que ha hecho el Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Pedro Vaca, para esclarecer este atentado y atender la crisis que atraviesa la prensa en México. Igualmente, expresamos nuestra solidaridad con Ciro Gómez Leyva y reconocemos la indispensable y valiente labor que desempeña como periodista en nuestro país.
Ciro Gómez Leyva pudo sobrevivir a este intento de homicidio, pero desafortunadamente este ataque no es un hecho aislado. Durante 2022 han sido asesinados al menos 14 periodistas y comunicadores y, en lo que va del sexenio, son ya 38 periodistas asesinados. Esto convierte a los primeros cuatro años de este gobierno en el periodo más mortífero de la historia reciente para la labor periodística.
Sin culpar a nadie, nos vemos obligados a señalar que este incremento en la violencia homicida contra el periodismo ha coincidido con una estrategia de comunicación oficial en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha atacado y acosado sistemáticamente a diversos periodistas, activistas, analistas y organizaciones que él considera como sus adversarios. En una democracia, las voces de crítica y disenso pueden resultar incómodas, pero son indispensables para ofrecer al poder y a la ciudadanía una imagen seria y documentada de los problemas públicos que comprometen nuestro futuro como sociedad.
Exigimos que se detengan estos ataques que rutinariamente se han lanzado desde la máxima tribuna presidencial en contra de los medios, organizaciones de la sociedad civil, periodistas, comunicadores y opinadores. Igualmente, hacemos un llamado al cese de las hostilidades y declaraciones públicas que acosan, denigran y ponen en riesgo la labor de toda aquella persona que cuestiona el ejercicio del poder. Las palabras del presidente de la República, como Jefe de Estado y de Gobierno, tienen consecuencias para todos. Al ser declarado ganador de las elecciones de 2018, Andrés Manuel López Obrador prometió “escucharemos a todos, atenderemos a todos, respetaremos a todos”. Exigimos que esa promesa se cumpla.