Brota “huachicol” de mercurio en Tekchem
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La falta de vigilancia y el desaseo de los trabajos de remediación que lleva a cabo la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en la planta de Tekchem, ubicada en el municipio de Salamanca, Guanajuato, ocasionó la extracción y venta ilegal de mercurio dando paso a una nueva problemática ambiental de la que, hasta el momento, ninguna autoridad tiene control.

Por Evlyn Cervantes

Te explicamos la nota
Evlyn Cervantes, reportera, te cuenta sobre la extracción de mercurio en la planta de Tekchem y su venta ilegal sin la intervención de la Semarnat, con lo que está propiciando un nuevo foco de contaminación ambiental.
Evlyn Cervantes
Evlyn Cervantes

El 22 de noviembre de 2021 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto de ocupación temporal por 3 años y 10 meses, que permite a la Semarnat continuar con los trabajos de limpieza y remediación en el sitio para evitar que represente riesgos para el ambiente y la salud de los habitantes de esa ciudad.

El Decreto declara de utilidad pública las acciones de contención del riesgo, preparación del sitio y realización de las obras necesarias para la remediación del lugar, por lo que concede a la Semarnat la ocupación temporal total e inmediata de la superficie contaminada que comprende 266 mil 890 metros cuadrados.

Sin embargo, el lugar no es vigilado ni resguardado para impedir el acceso a los ciudadanos y evitar la dispersión de contaminantes.

Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) pudo constatar que el sitio está tomado por ciudadanos que llevan a cabo la extracción y venta ilegal de mercurio en condiciones insalubres y precarias que ponen en riesgo tanto a las personas que manipulan el metal, como a la población en general que continúa expuesta a estas sustancias tóxicas.

Expertos en toxicología advierten que, al igual que las administraciones pasadas, la Semarnat de María Luisa Albores se suma a la lista de impunidad y corrupción que ha impedido una remediación total de uno de los pasivos ambientales más grandes de México.

Detona Semarnat “huachicol” de mercurio en Tekchem

Salamanca, Guanajuato. En la presente Administración, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) pasará a la historia porque lejos de remediar el histórico pasivo ambiental que persiste en lo que fue la planta de plaguicidas Tekchem, detonó una nueva problemática medioambiental: el “huachicol” de mercurio.

El 22 de noviembre de 2021, la Semarnat publicó el Decreto en el Diario Oficial de la Federación (DOF) por medio del cual asumió, de manera total e inmediata, la ocupación por tres años y diez meses del sitio que abarca 266 mil 890 metros cuadrados de suelo contaminado por compuestos peligrosos para su remediación ambiental.

Pero lo que estaba previsto como acciones ordenadas para evitar que la contaminación continúe dispersándose y reducir riesgos a la salud entre la población, derivó en una inadecuada implementación del proceso de remediación y una nula custodia del sitio contaminado lo cual, propició que ciudadanos invadieran el lugar y tomaran el control de una extracción y venta ilegal de mercurio que se lleva todos los días en condiciones precarias e insalubres desde uno de los pasivos ambientales más añejos del país.

Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) realizó un recorrido en la planta de Tekchem confirmando que el sitio se encuentra ocupado por hombres que trabajan día y noche para extraer el mercurio utilizando palas, picos, tambos y botellas de plástico donde acumulan el metal pesado para luego ofertarlo al comprador.

Para extraer el mercurio, las personas remueven con picos y palas el suelo contaminado haciendo cavernas de hasta seis metros de profundidad en las que se introducen para buscar el metal pesado.

Lo identifican por su aspecto plateado que brilla entre los montículos de tierra. Una vez que lo tienen ubicado, entierran los tambos para recolectar el suelo más brillante que les augura la posibilidad de extraer una mayor cantidad de mercurio.

Conforme extraen los tambos de arena, inician un proceso de lavado mediante el cual van separando la tierra y el mercurio hasta que el metal queda limpio de residuos. Es importante destacar que el agua que utilizan en este proceso también la extraen del mismo predio contaminado.

Una vez que el mercurio está limpio es resguardado en botellas de plástico de 600 mililitros que se almacenan hasta que el comprador ingresa al sitio para comprarlas. El kilo del metal se paga a 100 pesos y una botella de un litro se puede cobrar hasta mil 400 pesos.

Esta extracción y venta de mercurio ocurre diariamente en el predio donde persiste la exposición a la contaminación por sustancias químicas sin control de ninguna autoridad.

La propia Semarnat reconoce a la planta de Tekchem como uno los lugares más contaminados del país derivado de la presencia de altas concentraciones de Compuestos Orgánico Persistentes (COP´s) incluyendo algunos de los previstos en los anexos del Convenio de Estocolmo tales como Dicloro-difenil-tricloroetano (DDT), Dicloro-difenil-dicloroetano (DDD), Dicloro-difenil-dicloroetileno (DDE), gamma hexacloro-ciclohexano (lindano), toxafeno, metoxicloro, endosulfán, y otros contaminantes como metil paratión, ftalatos y mercurio.

Estos contaminantes, admite la Semarnat, permanecen en el sitio pese a que ya se han implementado acciones de limpieza y estima una superficie de 266 mil 890.98 metros cuadrados de suelo contaminado.

Ni siquiera planes de remediación como el Plan Salamanca cuya inversión fue de 450 millones de dólares y más de 165 millones de pesos para la aplicación de 32 acciones de remediación, garantizó el saneamiento total.

Apenas en septiembre de este año se cumplieron 22 años de la explosión ocurrida en Tekchem y la organización civil Fronteras Comunes denunció que este caso ilustra la responsabilidad directa del Estado mexicano en diversas violaciones al derecho humano a la salud y al medio ambiente sano.

Entre los responsables de las omisiones en la remediación del sitio y el acceso a la justicia ambiental la organización acusó a 5 presidentes de México (Zedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto, López); 9 secretarios de medio ambiente (Julia Carabias, Víctor Lichtinger, Alberto Cárdenas Jiménez, José Luis Luege Tamargo, Elvira Quezada, Rafael Pacchiano, Josefa González, Víctor Manuel Toledo y ahora María Luisa Albores); 9 titulares de Profepa (Antonio Azuela; José Ignacio Campillo; José Luis Luege Tamargo; Ignacio Loyola Vera; Patricio José Patrón Laviada; Hernando Guerrero; Francisco Alejandro Moreno; Guillermo Haro y Blanca Alicia Mendoza); y 6 gobernadores de Guanajuato (Ramón Martín Huerta, Juan Carlos Romero Hicks, Juan Manuel Oliva Ramírez, Héctor López Santillana, Miguel Márquez Márquez, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo); además de diversos responsables de la Dirección General de Gestión Integral de Materiales y Actividades Riesgosas (DGGIMAR SEMARNAT) organismo directamente responsable de los trabajos para remediar el lugar.

México suscribió el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes que lo obliga a realizar el saneamiento de los sitios contaminados con productos químicos y es precisamente este instrumento en el que la Semarnat fundamenta la publicación del Decreto de ocupación temporal de Tekchem publicado el pasado 22 de noviembre.

Durante anteriores administraciones los fondos destinados para la remediación de este sitio se otorgaron mediante un fideicomiso que durante 26 años tuvo asignaciones de 224 millones de pesos, pero en el actual gobierno y por Decreto Presidencial, estos instrumentos desaparecieron en 2020.

En 2021 la Semarnat anunció la remoción y disposición final de 5 mil 744 toneladas de escombro contaminado con plaguicidas y de 5 mil 971 toneladas en 2022, acciones en las que reportó una inversión total de 68.8 millones de pesos.

También informó que trabaja en el inicio de la estabilización y contención de cerca de 140 mil toneladas de suelo contaminado a realizarse en lo que resta de 2022 y hasta la conclusión de la presente Administración, no obstante, estas acciones de remediación derivaron en un nuevo problema ambiental de dispersión de contaminantes sin control entre ellos el mercurio.

“La zona donde está el mercurio era la planta de producción de sosa y cloro. El mercurio es dañino a la salud y el detalle es que la gente que está extrayéndolo, tiene el desconocimiento y no se le ha proporcionado capacitación para que supiera que con usar unos guantes de hule podrían estar trabajando sin involucrar el mercurio con su cuerpo”, señaló Joel “B”, un ingeniero ambiental que prefiere reservarse su identidad para evitar represalias.

En opinión del investigador, el plan de remediación que aplica el actual gobierno es solo superficial pero no dejará completamente limpio el sitio de contaminantes y la presencia del mercurio es la confirmación de que el suelo está contaminado a profundidades que incluso las autoridades ambientales desconocen.

“Hay contaminantes diversos, en diversos puntos, en diversas concentraciones, no le veo una solución factible a corto plazo porque los contaminantes se encuentran a más de 90 metros de profundidad. Lo que está haciendo la Semarnat es una recuperación superficial”, apuntó.

Joel anticipa que el sitio de Tekchem puede convertirse en un referente a nivel mundial si el Gobierno Federal desarrolla una estrategia de remediación que involucre a los académicos e investigadores que durante años, han realizado trabajos de investigación en este pasivo ambiental.

“El mercurio no está en el plan de remediación de Semarnat”

Salamanca, Guanajuato. Aunque la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) prevé un gasto de 500 millones de pesos durante la Administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador para el saneamiento de Tekchem el cual está severamente contaminado con plaguicidas organoclorados, considerados como Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP´s) y otros contaminantes, el plan de remediación no contempla acciones para contener la extracción y venta ilegal de mercurio que brotó hace apenas unos meses.

Carlos Álvarez, presidente de la organización civil México, Comunicación y Ambiente y quien ha dado seguimiento a las acciones que implementa Semarnat en sitio contaminado, señaló en entrevista con Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) que la reciente aparición de mercurio en el lugar no se previó y por lo tanto, no se incluyó en las acciones de limpieza programadas para avanzar en la remediación del lugar.

“El problema que yo veo ahorita es que en el retiro de estas primeras casi 14 mil toneladas de residuos que quedaban todavía allí sobre el terreno de la planta de Tekchem, dejaron al descubierto unos depósitos de mercurio que no estaban contemplados en el plan de remediación original. Osea, esto es nuevo y esto requiere una atención urgente por parte de Semarnat y no vemos ahorita ninguna reacción urgente”, señaló.

La presencia de mercurio, dijo, puede explicarse porque en la misma planta de plaguicidas hay una sección que era un sistema de producción de electrólisis el cual se usaba para producir sosa cáustica líquida y ese sistema incluye el manejo de mercurio en los electrodos que son parte integral de las celdas donde se producía este producto.

“Hay gente que se lleva el mercurio en botellas de plástico, ¡eso es absurdo!, ¿por qué?, porque no hay vigilancia, no hay protección y no hay ninguna prohibición para que la gente común y corriente entre a la planta y esto es exclusivamente una responsabilidad del Gobierno Federal a través de la Semarnat y ellos son los responsables. Los daños que se puedan generar ahorita entre la población por todos estos ciudadanos ignorantes de la toxicidad del mercurio, están recibiendo daños en su salud que hoy no se pueden cuantificar pero que mañana van a resultar en graves daños entre todos los que entran y se llevan el mercurio en botellas de plástico, que es algo inaudito y que no debería de suceder, pero está sucediendo ante la pasividad y la falta de acción de la Semarnat”, reclamó.

De acuerdo con el ambientalista, la Semarnat conoce bien el problema de la extracción y venta del mercurio que opera ilegalmente en el sitio porque ya lo denunciaron, pero hasta ahora, no ha intervenido para frenar, regular u ordenar esta actividad.

“Ellos ya saben, osea la Semarnat, la Dirección de Gestión y Actividades Riesgosas de la Semarnat que es la responsable de ejecutar el plan de remediación a nombre del Gobierno Federal, sabe, pero hay un nuevo titular que es el doctor Arturo Gavilán que tiene apenas cuatro meses en el cargo, y yo creo que ellos ya debieron haber anunciado una acción de emergencia para ver cómo es que ese mercurio tiene que ser retirado del sitio, pero eso no lo hemos visto. Estamos a la espera de la reacción de Semarnat para ver qué va hacer con esto que no estaba en el plan original de remediación”, agregó.

Según el plan de remediación que se implemente en el actual gobierno, en 2023 se tiene programa la construcción de una celda donde quedarán encapsulados todos los contaminantes y el suelo contaminado dentro de la planta. Mientras que, en 2024, se aplicará un plan de remediación total pero no incluye las nuevas recomendaciones de un segundo estudio de riesgo ambiental ni tampoco el saneamiento de los pozos de agua contaminados.

“Sí, nada más que ese plan de remediación total tiene que dejar libre todo lo que es la planta, que quede perfectamente limpio y por otro lado, hasta donde sabemos, hay una segunda Evaluación de Riesgo Ambiental en donde van a salir otras recomendaciones y esas nuevas recomendaciones no están contempladas en los 500 millones”, apuntó.

Álvarez enfatizó que el mercurio es una sustancia que, una vez que tiene contacto con la piel, va a la sangre y puede generar problemas de leucemia, así como daños al sistema renal, páncreas, hígado y otros órganos.

“Podemos hablar de corrupción rampante”

Salamanca, Guanajuato. El caso Tekchem es un ejemplo de corrupción rampante y genocidio de Estado porque a pesar de las inversiones millonarias que anunciaron las administraciones panistas, priistas, perredistas y ahora morenistas, el pasivo ambiental sigue allí ocasionando graves problemas de salud a la población, acusó Marisa Jacott, directora de Fronteras Comunes.

Que las administraciones federales continúen protegiendo intereses de los grandes negocios, de la industria, las corporaciones, los sitios contaminados como ocurre en Tekchem desde hace 22 años, evidencia al Estado, gobiernos, funcionarios y legisladores, no solo como responsables sino también como promotores de la contaminación y violadores de derechos humanos, constitucionales e internacionales y de la protección ambiental.

“Podemos hablar de una corrupción rampante. Es el Estado el que debe de proteger, pero yo ya hablo de genocidio de Estado. No sé cómo va a terminar esto. Ante un caso con los contaminantes más terribles que hay y que el Estado no ponga atención, es el reflejo de un Gobierno que protege a la industria, a los intereses económicos y que está doblegado. Ya ha pasado el PRI, el PAN, el PRD, ahora MORENA y el pasivo sigue allí porque no hay una política en México que esté dirigida hacia la prevención”, denunció en entrevista con Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).

Marisa Jacott, una de las especialistas más reconocidas del país por sus estudios en sitios contaminados y quien documentó el origen del caso Tekchem, reprochó la indiferencia de las autoridades ambientales al permitir que la contaminación continúe propagándose entre los ciudadanos debido a la implementación inadecuada de un plan de remediación.

“Las autoridades por supuesto que han sido omisas y corruptas. La gente entra al sitio y se están llevando contaminación en los escombros, en las varillas, lo que se demolió y que sigue allí y estamos hablando de sustancias químicas que son altamente peligrosas y que tuvieron que haber sido de observancia inmediata”, indicó.

En una carta pública publicada el pasado 12 de septiembre con motivo de los 22 años de la explosión de Tekchem, la organización civil que dirige Marisa recordó que ningún funcionario del Estado mexicano ordenó el muestreo de suelo en las comunidades aledañas a la planta de Tekchem ni tampoco realizaron estudios epidemiológicos entre la población expuesta para garantizar la reparación del daño ambiental y de salud.

Las remediaciones llevadas a cabo en el marco del Plan Salamanca, explicó Marisa, se han limitado al traslado de residuos contaminantes a sitios de disposición, sin que esto quite la carga de afectación que tienen los ciudadanos.

Por lo anterior, consideró que es necesario que la Semarnat realice nuevos estudios para determinar el grado de contaminación que persiste en el sitio, a qué profundidad se encuentran los contaminantes y qué áreas son las más contaminadas. Este trabajo, sugirió que debe realizarse con el acompañamiento de investigadores y académicos en una participación colectiva para solucionar la problemática ambiental.

“El asunto es exigirle al gobierno una remediación pero que haya la apertura para que participe la gente de la localidad, que se haga no a través de compañías de remediadoras, sino que haya participación de expertos de Conacyt, de universidades, de gente en la que se pueda confiar. Una remediación adecuada es cuando tú ya no encuentras los contaminantes en suelo, subsuelo, agua y a nivel atmósfera”, enfatizó.

Marisa aclaró que no ha podido constatar la presencia de la extracción y venta ilegal de mercurio en la planta de Tekchem sin embargo, recalcó que desde el 29 de noviembre de 2019 denunció ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) la ausencia de vigilancia en el sitio contaminado el cual debería permanecer cerrado al público debido a la presencia de sustancias altamente tóxicas.

“Pagan a 100 pesos el kilo de mercurio”

Salamanca, Guanajuato. La mano derecha de Javier Mejía Durán parece cubierta de plastilina gastada y está algo corrosiva porque lleva toda la noche removiendo tierra contaminada al interior de la planta de Tekchem, en busca de mercurio.

Es una mañana fresca de domingo, casi acaba de amanecer y él no deja de enterrar la pala en el suelo de uno de los sitios más contaminados del país. Se estima que en el piso de aquí hay más de 100 sustancias diferentes entre las que se encuentran plaguicidas, azufre, plomo y otros contaminantes orgánicos persistentes y organoclorados.

Al tiempo que entierra la pala, remueve la tierra con sus manos buscando con curiosidad si algo de color plateado brilla. Si tiene suerte y lo detecta, sabe que es muy probable que allí encuentre mercurio, pero para extraerlo tiene que escarbar hoyos de hasta cinco metros de profundidad.

Una vez que encuentra el mercurio entre la tierra, lo recoge con un bote y lo acarrea hasta una zona donde lo enjuaga con agua que también extrae del sitio contaminado.

Esta repetida maniobra que lleva ejecutando toda la noche, ya lo obligó a usar un guante negro de tela en la mano izquierda y se amarró un trapo en dos dedos que se lastimó de la mano derecha.

“Hay que escarbar en los hoyos que están abajo, hay que escarbar cuatro metros o cinco metros, hay que picarle con el pico y ya van saliendo las gotitas de mercurio. Te las traes en un bote con tierra y hay que echarlo para batirlo con el agua. Lo bates, tiras el agua, le vuelves a echar agua otra vez, y otra batida. Con el agua va saliendo luego luego. Ya al último lo echas en un traste chico como este o más grande y le vas echando agua para que vaya saliendo la tierra”, cuenta mientras realiza su trabajo.

Javier es un hombre acostumbrado al trabajo duro. Vive en una de las colonias aledañas a las instalaciones de Tekchem y conoce bien la historia de contaminación de este lugar, pero para él no es un impedimento para aprovechar cualquier residuo que pueda revender más tarde en el mercado informal.

Hace apenas mes y medio que se incorporó a los trabajos de extracción de mercurio, pero antes, lo suyo era la recolección de materiales de construcción que quedaron esparcidos en este lugar como pedazos de varillas, castillos, tubos podridos.

“Aquí en la Tekchem tengo como cuatro años diario sacando varillas, castillos, quebrando con el marro nada más que apenas me di cuenta de esto y ya me vine. Hay chavos que ya tienen como siete meses, yo tengo como un mes y medio”, afirma.

Otros hombres que también extraen mercurio en el sitio, lo invitaron a unirse a esta tarea.

“Me invitaron los chavos: ¿qué vamos a sacar mercurio?, pues órale pues, pero yo no sé. Todo lo tiraba al principio y luego ya fui agarrándole poquito a poquito. Lo más difícil es el pico y la pala. Está bien duro. A veces el pico rebota y hay que buscar una punta de varilla gruesa y un marrito chiquito para que vaya abriendo y no rebote”, explica.

¿En cuánto lo están comprando en el mercado?, le pregunto.

“Lo pagan en 100 pesos el kilo”, responde.

¿Y en cuánto le compran la botella de 600 mililitros?, insisto.

“Te dan como 800 pesos, pero para llenarla está bien difícil. Ahorita he de llevar la mitad de la mitad de una botella de 600. Para sacar la mitad de una botella de 600 te avientas como unas cinco o seis horas”, agrega.

¿Quién se lo compra?, vuelvo a preguntar.

“Ahorita viene un chavo en una bici. Él lo paga y se lo lleva”, me dice.

A más tardar en un par de horas, Javier concluirá su jornada de hoy que no fue tan buena porque nada más llenó un cuarto de una botella de 600 mililitros. En sus días buenos, dice, ha llegado a obtener hasta 14 kilos de mercurio.

“Hay veces que sí sale bastante, puedes echarle 12 botes y sale bastante, pero a veces puedes echarle unos 50 botes y no sale ni la mitad. Ahorita ya llevo como unos 34 botes y nada más llevo como un cuarto de botella”, reniega.

Al igual que él, al menos otros 12 hombres suelen venir frecuentemente a Tekchem para extraer mercurio sin que nadie les impida el acceso al sitio contaminado con sustancias altamente tóxicas.

Montado sobre un triciclo cargado con dos palas, un bote y un hacha, viene Alan, un joven de 24 años que está llegando hasta aquí para unirse a los trabajos de extracción de mercurio y estima que esta tarea le llevará todo el día.

“Vengo a sacar mercurio de aquí de Tekchem. La tierra brilla como cromado y allí se va separando. La verdad, varía la cantidad. Hay veces que trae mucho, hay veces que no trae nada. Viene un señor que lo compra. Lo paga a 100 pesos el kilo. Una botella de un litro la pagan en 1400 pesos”, cuenta Alan.

Tanto Alan como Javier coinciden en que lo más riesgoso de extraer el mercurio es la tierra que van removiendo, pero no por su toxicidad, sino porque a mayor profundidad que escarban, más riesgo tienen de que se deslicen y queden enterrados.

Mientras las maniobras para extraer el mercurio continúan, Manuel Cervantes Cano, vigilante del sitio contaminado, reconoce que no tiene control sobre quién entra y quién sale del lugar.

“Yo soy el vigilante. La gente viene casi diario a sacar mercurio, se meten por allá, hay dos hoyos. No entienden, de todo esto ya tiene conocimiento Semarnat y SMAOT, ya están al tanto de que esa gente anda allí. Inclusive cuando hicieron un proyecto de sacar escombro, los veían allí. Uno a diario los reporta, uno les comenta que eso es dañino, no entienden. El mercurio no está a la vista, es arena, mire allí se ve. Pero no entienden. Otro compañero y yo tenemos como consigna no enfrentarnos a ellos porque son bien canijos.

Tanto Semarnat Federal como la SMAOT del estado ya tienen conocimiento de que esa gente anda allí. Me dicen: ¿usted les da permiso?, no es que les demos, pero nos van a meter un golpe, yo diario camino por aquí. Se meten por dos hoyos que están por allá, inclusive el triciclo cabe por allá, es que son una bola de canijos. Ahorita este les va a hablar a ver qué con ustedes, no les vayan a hacer algo, llegan en moto, tengan cuidado”, advierte Manuel mientras se instala en su caseta de vigilancia que colinda con las instalaciones de la Refinería Ingeniero Antonio N. Amor y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Salvador Santoyo Barrera, quien trabajó en Tekchem de 1971 a 2005, atestiguó las diferentes transiciones que tuvo la empresa y lo desaseado que fueron sus procesos industriales los cuales permearon porque el suelo siempre se mantuvo arenoso.

“Desgraciadamente los procesos eran antiguos y no había tanto cuidado para conservar el medio ambiente. Había procesos, en particular uno, que producía azufre contaminado con cloro, se produjo alrededor de 125 mil toneladas que se acumularon en montañas de azufre. Además, era la única planta que producía órgano clorados y tenía bodegas en diferentes partes del país, cuando Fertimex quiere vender la planta acumula todos los residuos de las bodegas y se los traen a Salamanca en unas condiciones deplorables. Llegaban tráileres llenos de tambores escurriendo y se imagina el tiradero que hubo”, rememora.

La planta que producía lindano, una sustancia que se utiliza como insecticida agrícola, también generó un pasivo ambiental.

“Hubo una planta que se instaló a un lado de la planta que producía exaclorobenceno, que se conoce como BHC o lindano, y se usaba para matar la araña roja que es un insecto que ataca principalmente árboles. Lo que les puedo comentar es que era un proceso muy sucio en el cual se producía un ingrediente activo que era un 16 por ciento de rico, que era lo único que servía, el resto se enterraba. Era un producto sumamente tóxico. El exaclorobenceno solo el 16 por ciento se utilizaba, el resto era basura. Ese producto residual se enterraba en la planta en una zona específica, principalmente del lado sur de la vía del ferrocarril”, recuerda.

Salvador refiere que también hubo fugas de compuestos fenólicos que posiblemente también derivaron en daños a la salud de la población.

La contaminación se expandió a tal grado, dice, que en una ocasión, se detectó a ocho metros de profundidad en el suelo. Además, el agua de los tres pozos subterráneos que había al interior de la planta, también se vio comprometida y tuvieron que cerrarse.

Maura Alicia Vásquez Figueroa, una ambientalista que lucha desde hace 22 años por la remediación de Tekchem y presidenta de Humanos por amor a la madre Tierra (Huamat), acusa que, de acuerdo con estudios hechos por expertos toxicológicos a nivel nacional, la contaminación en este sitio ha derivado en casos de leucemia, insuficiencia renal y niños con problemas de aprendizaje.

“La preocupación es la misma, la contaminación del agua, de los mantos freáticos, del aire porque es lo que respiramos, que siguen muchos casos de insuficiencia renal en Salamanca, casos de cáncer, el que también tengamos muchos niños con problemas de aprendizaje, con trastornos de déficit de atención, esa es la preocupación que tenemos y que hemos tenido durante estos 22 años”, reclama Maura.

A casi un año de que la Semarnat publicó el Decreto de ocupación de Tekchem, dice, no se tiene certeza de los trabajos de remediación que se han llevado a cabo.

“Ya va hacer casi un año de que el Presidente emite este Decreto y no ha habido nada. Qué bueno que está el Decreto pero ¿cuándo van a empezar a trabajar?, ¿cuándo se va a remediar ese sitio conforme lo marcan las normas ambientales?, ¿cuándo se va hacer un estudio epidemiológico?, nosotros quisiéramos no solamente letra, sino acciones. Ya son muchos años de impunidad. Los cinco millones de dólares que se depositaron en Banjército, ¿qué pasó con ese dinero?, no hay algo que nosotros los que hemos estado en esta lucha por exigencia ambiental nos convenza”, comenta.

Por si fuera poco, tampoco advierte que la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores, priorice la atención a la agenda gris que incluye la remediación a los sitios contaminados.

“Primero estaba una persona que nos daba certeza, Víctor Toledo, ahora está María Luisa Albores y no sé qué es lo que ella está haciendo en cuestión de la agenda gris. Me imagino que sí en la cuestión de la agenda verde, tal vez de la agenda azul, pero de la agenda gris en cuestiones de tóxicos, después del Decreto yo preguntaría ¿qué?, acciones eso es lo que queremos”, enfatiza.

A pesar de los años de lucha por la remediación del sitio, Maura no entiende cómo las autoridades ambientales han sido indiferentes frente a la contaminación que persiste en Tekchem y compromete la salud de los salmantinos.

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