Mayka Osorno Michel es una pequeña empresaria que llegó a Cancún en 2006 con la idea de abrir una sucursal de su negocio: una empresa de Recursos Humanos que también opera nóminas de otras compañías. El mercado de Cancún es complicado, dice Mayka, porque operan grupos muy cerrados y existe un ambiente de poco respeto a la legalidad, así que prefirió abandonar el lugar. Una vez fuera de la ciudad, y de un día para otro, se entera que le retiran 2 millones 344 mil 789 pesos de su cuenta, dinero que pertenecía a la nómina de otros clientes. El retiro se debió a una demanda laboral iniciada siete años antes y de la cual nunca recibió notificación alguna. Al revisar el nombre de la trabajadora demandante se dio cuenta que en verdad sí fue contratada por ellos, pero su empleo duró sólo un mes y fue con un salario 10 veces menor al que se asienta en la demanda laboral. A pesar de esto, Mayka interpuso un amparo y lo ganó, pero sus abogados no cobraron el cheque. Ella supone que esto se debe a toda una red de corrupción donde tiene que ver la presunta empleada, la Junta de Conciliación número 2 de Cancún, y probablemente sus antiguos abogados.

Fecha de publicación: 9 de enero del 2017