Capítulo 2
Federales, testigos sin haber estado ahí
El 23 de marzo de 1994, Luis Dolando Colosio llegó a un mitin en la ciudad de Tijuana, en la colonia Lomas Taurinas, un asentamiento irregular que se erigía entre dos cerros y lo partía un canal de aguas negras.
Poco antes de las cinco de la tarde empezó el evento político donde fue recibido por cientos de colonos que no creían que, a su colonia, un lugar al que se ingresaba brincando decenas de llantas convertidas en escaleras, llegaría un candidato presidencial.
A las 5:12 de la tarde, la bala de un revólver Taurus calibre .38 perforó la cabeza del candidato. Unos segundos después otra bala entró por el estómago. Se le trasladó a un hospital. El que disparó se llamaba Mario Aburto Martínez. Trabajaba en una maquiladora. Accionó el arma en dos ocasiones. Primero en la cabeza. Lo remató con otro en el estómago. Se le arrestó. Confesó: lo hizo “porque de acuerdo a sus ideas personales quería evitar hechos que pudieron pasar semejantes a los que ocurrieron en Chiapas”. “Nos dice que no le importa su vida”.
Todos estos detalles se saben gracias a un parte informativo con número 87/94: cuatro cuartillas llenas de detalles elaboradas por nueve elementos de la Policía Federal adscritos a la ciudad de Tijuana, quienes, según ellos, Mario hizo esta confesión cuando lo detuvieron en Lomas Taurinas.
Sin embargo, en la ratificación de las declaraciones que forman parte del expediente del proceso penal iniciado contra Mario Aburto y que Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar, se encontró que, aunque todos firmaron y narraron cómo ocurrieron los hechos, seis policías federales no participaron en la detención o estuvieron cerca, sin embargo, fueron presentados como testigos del crimen.
Si bien la Fiscalía Especial para el Caso Colosio en su informe elaborado en el año 2000 consignó que estos agentes elaboraron el parte anterior, se menciona su participación para aclarar las confusiones derivadas de la recepción del arma homicida.
En las ratificaciones contenidas en el expediente con causa penal 41/94 se ofrece la versión íntegra de lo qué contestaron los agentes al abogado de Mario Aburto durante las ratificaciones.
Uno de ellos confesó que sólo participó en la filmación de un video a varios metros del lugar de los hechos; otro aceptó que nunca vio a Mario Aburto; dos más reconocieron que no estuvieron en Lomas Taurinas, sino resguardando el hospital a donde fue trasladado Colosio; otros tres no ratificaron sus declaraciones y tampoco dieron motivos.
Una agente dijo que ella sólo se hizo pasar por reportera para “sacarle información” a Mario Aburto. Quien hizo el parte informativo y se los dio a firmar en grupo fue el entonces subdelegado de la Policía Judicial Federal en Baja California, Raúl Loza Parra.
En el expediente judicial que obtuvo MCCI, se encontró que, a pregunta del abogado de Mario Aburto, Héctor Sergio Pérez Vargas, los policías contestaston lo siguiente:
—Que diga el testigo el momento preciso en que se identificó plenamente como agente de la Policía Judicial Federal ante el señor Mario Aburto.
Por ejemplo, el policía, José Rodríguez Álvarez reconoció: “Yo no me identifiqué porque en ese momento yo me encontraba dándole seguridad en el Hospital General donde se encontraba lesionado el licenciando Luis Donaldo Colosio y que esa fue la participación mía porque no lo vi físicamente al señor Mario Aburto Martínez”.
Lo mismo dijo el policía Jesús Romero Juárez: “Yo no me identifiqué con él porque mi participación fue prestar seguridad en el hospital en el cual se encontraba el candidato”.
Mientras que la agente Dora Enriqueta Buitrón contestó lo siguiente: “Que el único contacto que tuve con el señor Mario Aburto fue cuando recibí órdenes del comandante Raúl Loza Parra de entrevistarlo haciéndome pasar como periodista internacional”.