En la conferencia matutina del 7 de febrero del 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el dinero destinado al programa Estancias Infantiles para Madres Trabajadoras dejaría de entregarse a las estancias y se entregaría directamente a las madres, padres y cuidadores de las infancias. De acuerdo con el presidente, este cambio se debió a que se detectaron actos de corrupción e irregularidades en el manejo de las estancias.
De acuerdo con dos auditorías de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la falta de cumplimiento del Programa de Estancias Infantiles (PEI) se debía, en su mayoría, a la falta de regulación del ente que las vigilaba, la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL). También había problemas administrativos en las estancias. Las recomendaciones de este organismo autónomo se concentraron en pedir la mejora de los mecanismos de vigilancia y seguimiento por parte de la SEDESOL. Sin embargo, tanto la ASF como el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) concordaron que el programa cumplía con las condiciones de acceso y permanencia en el mercado laboral y para el estudio entre la población beneficiaria. Específicamente, el CONEVAL señaló que favorecía a las mujeres en situación de vulnerabilidad a unirse a la fuerza laboral.
El programa de estancias infantiles aplicaba una encuesta a las personas beneficiarias del programa. En 2017, los resultados de esta encuesta reportaban que 92% de las personas beneficiarias “pudieron utilizar el tiempo de las estancias para buscar empleo, trabajar o estudiar”. Por otro lado, el CONEVAL estimó que hubo un aumento del 18% en la probabilidad de las mujeres en unirse al mercado laboral gracias a las estancias en el 2011.
Las estancias infantiles han sido una herramienta que ha ayudado a las madres en todo el mundo. En Chile, por ejemplo, se realizó un estudio del impacto de las guarderías que encontró que estas aumentan el empleo en un 5%, mientras que la participación femenina en la fuerza laboral aumenta en un 7%, además de que apoya en el cuidado de las infancias. Un grupo de investigadores en República Checa encontró que, al reducir los espacios de cuidado infantil, la proporción de mujeres en el mercado laboral se reducía y, luego, llevaba a una pérdida para las finanzas públicas del país.En México estas evaluaciones ya no son posibles. En 2019, se cambió la población objetivo por primera vez, pero volvió a cambiar en 2022. Estos cambios fundamentales en el objetivo de los programas hace que no se puedan comparar fácilmente los efectos de la política pública. Además, después de la modificación del programa, el padrón de beneficiarias se ha ido reduciendo a lo largo del tiempo. A pesar de que el programa por diez años presentó resultados positivos y ayudó a mejorar la inclusión de las mujeres en el mercado laboral, tuvo una reducción presupuestaria de aproximadamente 51% en su primer cambio de modalidad, como se puede apreciar en la siguiente gráfica. Esto a pesar de que la proporción de hijos e hijas de madres trabajadoras no cambió de forma drástica de un año a otro.
De acuerdo con el Padrón Único de Beneficiarios, también tuvo una reducción importante a partir del 2019, con una reducción del 66.7% del 2018 al 2019. Como bien indica Natalia Torres, la modificación del programa ha hecho difícil rastrear el número de niñas y niños cubiertos por este programa, además de que hace una anotación relevante: la entrega de este subsidio de forma directa a las madres no contempla si ese dinero será suficiente para absorber los costos de las guarderías a los cuales tienen acceso las mujeres en las diferentes localidades del país.
Por otra parte, el programa pretendía ampliarse para incluir a las mujeres indígenas y a las zonas de alta marginación social; sin embargo, con la reducción del presupuesto esto no se ha logrado. Como se puede apreciar en el siguiente mapa, del 2018 al 2022 se han registrado menos zonas a las cuales llega este subsidio. Las entidades marcadas de rojo señalan donde el subsidio fue disminuyendo, en algunos casos hasta desaparecer en su totalidad, de acuerdo con la información recabada del Padrón Único de Beneficiarios: Nuevo León, Morelos, Veracruz, Aguascalientes, Tlaxcala y Tabasco. Únicamente cuatro entidades reportaron un aumento en las beneficiarias del programa: Baja California, Baja California Sur, Coahuila y Guerrero. Los demás estados reportaron una disminución de la población ayudada, que va del 17 al 95%.
En conclusión, los argumentos del presidente para cambiar la modalidad del programa fueron detener la corrupción e irregularidades en la administración de las estancias, las cuales fueron señaladas por la ASF en su revisión de cumplimiento. No obstante, debido a los continuos cambios de modalidad del programa, además de la falta en general de evaluaciones que han tenido los programas sociales en el sexenio, no es posible determinar si el cambio en las estancias ha beneficiado a las madres trabajadoras y a sus hijas e hijos.
Sin embargo, con base en la información obtenida por medios oficiales, se registró que los subsidios se han reducido drásticamente, a pesar de que el cambio de modalidad del programa prometía una expansión a quienes podrían recibirlos. Además, como se mencionó al inicio del texto, la evidencia de estudios hechos sobre este tipo de intervenciones apunta a que retirar los subsidios a los centros de cuidado infantil tiene un impacto negativo directo en la vida de las mujeres y la economía del país. La transformación del programa de las Estancias Infantiles podría representar un retroceso a la incorporación de las mujeres mexicanas en la fuerza laboral del país.
Miranda Carballo Corrales
Analista en Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, especialista en temas de género.