La madrugada del miércoles 6 de diciembre de 2023, dos disparos irrumpieron la noche en las calles de la colonia Roma. A unos metros de la Fuente de Cibeles, frente al número 275 de la calle de Durango, el cuerpo sin vida de Abraham, un vendedor de dulces, quedó tendido junto a su puesto.
Y junto a él, una cartulina que contenía una amenaza dirigida a tres altos funcionarios del Instituto Mexicano del Seguro Social:
“Primer y último aviso, nos dirigimos hacia Daniel Ramírez, Karina Sarmiento Castellanos y Eduardo Thomas Ulloa. Damos 24 horas para que presenten su renuncia, lacras. Estamos más que informados de todos sus movimientos, que hacen en colusión con todas las ratas del IMSS que los protegen robándose delegaciones”.
El mensaje, de acuerdo con un informe interno de la Secretaría de Seguridad Ciudadana al que Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) tuvo acceso, continuaba enlistando los nombres de quince empresas que estarían coludidas con los tres funcionarios del Instituto. Entre ellas se encontraba Poyago, una compañía sin experiencia en el sector salud que tuvo como accionista, hasta pocos meses antes de ser contratada por el IMSS, a Juan Carlos de la Cruz Murillo, quien desde hace más de seis años ha sido el contador del empresario tabasqueño Jorge Amílcar Olán Aparicio.
Los tres funcionarios señalados en la cartulina han desempeñado funciones clave para garantizar el abasto de medicamentos en el país. Se trata del coordinador técnico de Administración del Gasto de Bienes y Servicios del Instituto, Daniel Esteban Ramírez Garcen; la titular de la Coordinación Técnica de Planeación, Karina Del Rocío Sarmiento Castellanos y Jesús Eduardo Thomas Ulloa, quien hasta el 11 de octubre fue el titular de la Unidad de Administración.
El asesinato, del que hasta el momento las autoridades locales y federales han guardado silencio, tuvo lugar a media cuadra de las oficinas del IMSS donde laboraban Ramírez Garcen y Sarmiento Castellanos, ubicadas también sobre la calle de Durango. Ambos están adscritos a la Coordinación de Control de Abasto, cuyo titular es Jorge De Anda García.
Ahora, una investigación de MCCI revela que las empresas señaladas en la cartulina comparten algo en común: en el anterior sexenio, todas se vieron beneficiadas por un esquema de compras emergentes realizadas a sobreprecios por las distintas delegaciones estatales del Instituto. Bajo este esquema, las delegaciones del IMSS, argumentando desabastos, realizan compras a sobrecosto de claves de medicamentos que ya habían sido adquiridas a precios mucho menores en las contrataciones consolidadas y que, según el propio gobierno, contaban con abasto suficiente.
Este reportaje demuestra cómo dos de estas compañías, Poyago y Rimisa Medical, han recibido contratos a sobreprecios con las delegaciones del IMSS para la compra de Sitagliptina Metformina, una clave usada para controlar los niveles de azúcar en la sangre de pacientes con diabetes mellitus tipo 2. Esta clave había sido adquirida a costos hasta diez veces menores en las compras consolidadas encabezadas por el INSABI.
La sombra del contador de Amílcar en las compras del IMSS
Como parte de la compra consolidada bianual de medicamentos para los años 2023 y 2024, el IMSS asignó dos contratos para la adquisición de Sitagliptina Metformina. El primero, a la farmacéutica Merck Sharp & Dohme, con la que adquirió cinco millones de piezas a un precio de 225 pesos por envase; y el segundo, con Laboratorios Vanquish, para adquirir otras tres millones de piezas a un costo de 210 pesos por envase.
De acuerdo con el INSABI, esta compra consolidada garantizaba el abasto de Sitagliptina Metformina para los últimos dos años del gobierno de López Obrador. Pese a esto, las delegaciones del IMSS en Michoacán, Tlaxcala y Tabasco, amparándose en un supuesto desabasto, contrataron vía adjudicación directa a Poyago para la compra de 147 mil piezas a precios que llegaron a alcanzar los 2 mil 300 pesos por envase, un sobrecosto de más del 1000% con respecto a los 210 pesos por envase pagados en la compra consolidada.
De ser una compañía dedicada a la venta de equipo de ferretería que nunca había sido contratista del gobierno, Poyago cerró el 2023 con once contratos que sumaron 195 millones de pesos. Todos, para surtir de Sitagliptina Metformina a las delegaciones del IMSS. Y todos, asignados con menos de un mes de diferencia entre octubre y noviembre.
Su primer contrato llegó el 13 de noviembre, un mes antes de que la empresa fuera señalada en la cartulina que los homicidas de Abraham dejaron a un costado de su cuerpo en las calles de la colonia Roma.
En esa fecha, la delegación estatal del IMSS en Tlaxcala realizó una compra emergente en la que adjudicó un contrato por 87.5 millones de pesos a Poyago para la adquisición de 70 mil piezas de Sitagliptina Metformina a mil 250 pesos por envase, un precio 600% más elevado que los 210 pesos por envase que el propio IMSS pagó en la compra consolidada.
Para entender la forma en la que estas empresas ganan contratos millonarios con el IMSS, es necesario comprender qué son las compras emergentes y cómo se realizan.
De acuerdo con el propio IMSS, las compras emergentes buscan garantizar el abasto de materiales de curación, equipo médico o claves de medicamentos que se requieren de manera inmediata y que no cuentan con existencia en las farmacias y almacenes de las unidades médicas del Instituto.
Las contrataciones son realizadas de forma descentralizada por las delegaciones estatales del Instituto y siguen un procedimiento que es gestionado por diversos funcionarios, que van desde el personal de farmacia hasta los jefes del Departamento de Suministro y Control de Abasto de cada delegación.
Dos semanas después, el 30 de noviembre, Poyago recibió otro contrato por 69 millones de pesos. En esta ocasión, fue la delegación del IMSS en Michoacán quien la contrató para surtir 60 mil piezas de Sitagliptina Metformina a mil 150 pesos por envase. Una vez más, la compra se hizo a sobreprecio: 550% más cara con respecto a los 210 pesos a los que el IMSS adquirió el medicamento en la compra consolidada.
El precio más elevado llegó cuando la delegación del IMSS en Tabasco asignó a Poyago nueve pedidos por un total de 39 millones de pesos para adquirir 17 mil piezas de Sitagliptina Metformina a 2 mil 300 pesos por envase, lo que significó un sobrecosto del 1000% para las finanzas del Instituto.
La sitagliptina metformina que Poyago suministra al IMSS es un genérico de la marca SAARI, la cual es fabricada por Hetero Labs Limited, farmacéutica de la India que cuenta con el registro sanitario en México y que distribuye el medicamento a través de su subsidiaria mexicana Amarox Pharma.
En la súbita bonanza de Poyago como contratista del IMSS sobresale el nombre Juan Carlos de la Cruz Murillo, quien ha trabajado como contador y ejecutivo de ventas para Jorge Amílcar Olán Aparicio desde que éste era un vendedor de acabados y materiales de construcción en Villahermosa.
Desde su constitución en 2012, el único giro de la empresa había sido la compra-venta de maquinaria, equipo y herramientas de ferretería. En abril de 2023, cinco meses antes de recibir su primer contrato con el IMSS, Poyago celebró una asamblea en la que modificó su objeto social para abarcar la compra-venta y comercialización de todo tipo de medicamentos. Durante esa misma asamblea, de la Cruz Murillo se convirtió en accionista mayoritario.
En junio de 2023, de la Cruz Murillo donó la totalidad de sus acciones a Aziel Muñoz Córdoba y a Hasebie María Velis Ruiz. Ésta última, una joven emprendedora de Xalapa que se dedica al diseño de modas. MCCI logró contactar a Velis Ruiz para solicitarle su postura, pero dejó de recibir respuesta.
La cercanía de Amílcar Olán con de la Cruz Murillo va más allá de su relación laboral. En agosto de 2022, de la Cruz Murillo constituyó en Villahermosa, Tabasco, la compañía Portacelis OC, en donde es socio de Amílcar Aparicio Sánchez, abuelo materno de Amílcar Olán.
Desde diciembre de 2023, MCCI y Latinus han revelado cómo Amílcar Olán ha adquirido terrenos a precios por debajo de su valor comercial en las cercanías de la refinería de Dos Bocas y se ha visto beneficiado con contratos millonarios en el sector salud y en obras prioritarias como el Tren Maya.
MCCI también dio a conocer que Amílcar Olán mantiene relaciones de negocios con César Mauricio Calderón Alipi, hermano de Alejandro Calderón Alipi, quien fue director general del IMSS-Bienestar durante el último año y medio del gobierno federal anterior.
Rimisa: estudios de mercado simulados, sobreprecios y un empresario ganador
Poyago no fue la única empresa beneficiada por la delegación del IMSS en Tlaxcala para la compra de sitagliptina metformina. El 17 de noviembre de 2023, la delegación se valió de un estudio de mercado simulado para adjudicar directamente un contrato por 255 millones de pesos a Rimisa Medical, otra de las compañías señaladas en la cartulina de estar coludida con los funcionarios del Instituto.
Rimisa Medical vendió cada envase de Sitagliptina Metformina en 850 pesos, cuatro veces más cara que los 210 pesos por envase que el IMSS pagó en la compra consolidada.
Como parte del proceso de adjudicación directa, la delegación de Tlaxcala realizó un estudio de mercado en el que solicitó las cotizaciones de tres empresas: Zagapharm, Rimisa Medical y Medivida.
Una revisión a las actas de las tres compañías revela que el estudio de mercado se trató de una simulación, ya que tanto Rimisa Medical como Medivida son controladas por trabajadores y administradores de Grupo Maremi, un conglomerado dirigido por el joven empresario Mario Fernando Pacchiano Luna.
Ambas empresas incluso tienen como socios y administradores a familiares directos de Pacchiano Luna. Michel Oswaldo Salvador Valdez Luna, primo de Pacchiano Luna, es accionista de Rimisa Medical; mientras que Medivida tiene como administradora única a su media hermana, Emilie Michelle Laliere Luna.
En octubre de 2023, un mes antes de recibir el contrato por 255 millones de pesos, la delegación del IMSS en Tlaxcala había asignado otro contrato por 37 millones de pesos a Rimisa Medical para adquirir 20 mil envases de Sitagliptina Metformina. En esa ocasión, el precio fue de mil 850 pesos por pieza, un sobrecosto de casi el 900%.
En total, Rimisa Medical sumó contratos por 292 millones de pesos con la misma delegación del IMSS.
Postura de Pacchiano
Consultado por MCCI, Pacchiano Luna negó que su primo, Michel Oswaldo Salvador Valdez Luna, y la compañía de la que es accionista, Rimisa Medical, formen parte de Grupo Maremi.
Esto, a pesar de que Valdez Luna ha firmado contratos en el sector salud como representante legal de Medivida, empresa del grupo.
“Medivida está claro (que es parte del grupo), pero no, Rimisa… ¿pues qué te puedo decir? Entiendo que varios de mis primos se dedican a eso. De hecho creo que hasta les he ganado un par de licitaciones”.
Al ser cuestionado sobre por qué su primo aparece en fotografías como un empleado más de Grupo Maremi en la página web del corporativo, Pacchiano Luna dijo: “lo que hacemos ahí es, obviamente, como tema de publicidad, poder poner gente… pues a gente bonita, ¿no? Pero empleado del corporativo (Maremi) no es”.
Respuesta del IMSS
Respuesta de MCCI
En su réplica a las preguntas formuladas por MCCI, el IMSS no respondió por qué compró a Poyago y a Rimisa Medical la Sitagliptina Metformina a sobreprecios que llegaron a alcanzar el 1000%.
MCCI preguntó al IMSS qué medidas había tomado ante los señalamientos de presunta colusión entre sus funcionarios y las empresas señaladas en la cartulina. El IMSS respondió que los tres funcionarios amenazados presentaron una denuncia ante la Fiscalía de la Ciudad de México y que su Órgano Interno de Control abrió un expediente para investigar los señalamientos realizados contra sus funcionarios, pero no informó cuáles son los avances de dicha investigación.