José Ramón López Beltrán, hijo mayor del presidente de México, tiene su residencia particular en México en una casa en Coyoacán que es propiedad de la asistente personal de la directora de La Jornada, periódico que es uno de los 3 mayores contratistas publicitarios de la actual administración federal.
Documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), que fueron hackeados por el colectivo Guacamaya, reportan que José Ramón y su esposa Carolyn Adams han tenido su domicilio en la colonia Copilco Universidad.
Al igual que ocurrió con la llamada “Casa Gris”, esta otra casa también está vinculada a un proveedor gubernamental. La residencia de Houston pertenecía a un alto ejecutivo de Baker Hughes, contratista de Pemex, y la de Coyoacán a la más cercana colaboradora de la directora y socia de La Jornada, periódico que en el actual gobierno de López Obrador ha recibido contratos por alrededor de 750 millones de pesos.
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) corroboró que la escritura pública de esa casa está a nombre de Guillermina Aurea Álvarez Cadena, quien en el directorio de La Jornada aparece como asistente de la directora general de ese periódico, Carmen Lira Saade, con quien el presidente López Obrador tiene un vínculo de compadrazgo.
La SEDENA reporta el domicilio
El pasado 10 de marzo, LatinUS publicó documentos de la SEDENA que revelan que José Ramón López Beltrán, su esposa Carolyn Adams, y uno de sus hijos recibieron trato privilegiado del Ejército, con medicamentos que no estaban al alcance de la población, después de que los tres contrajeran COVID-19.
En los reportes de la SEDENA se menciona que José Ramón y su familia recibieron el tratamiento en una casa ubicada en la colonia Copilco Universidad. Lo que no se había revelado, hasta ahora, es a quién pertenece esa vivienda.
MCCI obtuvo copia de la escritura y confirmó que el inmueble es propiedad de la asistente de la directora de La Jornada.
En una revisión en #GuamayaLeaks, MCCI localizó diversas tarjetas confidenciales de la SEDENA que refieren que entre el 8 y el 22 de febrero de 2021, José Ramón y su familia recibían cuidados médicos en el mencionado domicilio, en donde el Ejército había instalado un servicio de enfermería.
En uno de los informes, por ejemplo, se menciona que José Ramón solicitó al Ejército que un neumólogo realizara dos visitas diarias a su casa en la colonia Copilco Universidad. En otro oficio se menciona que esa vivienda es el “domicilio particular” de José Ramón López Beltrán y Carolyn Adams.
“Están en mi casa, ¿se pueden ir?”
La mañana del miércoles 22 de marzo, dos camionetas suburban negras arribaron al domicilio que habita José Ramón y su familia. Aproximadamente a las 11 de la mañana, la familia del hijo del presidente salió de la residencia, para abordar a uno de los vehículos.
Los periodistas de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad se identificaron ante el personal de seguiridad como prensa y esperaron a que José Ramón saliera de la vivienda.
La conversación fue así:
-Hola José Ramón, buenos días, ¿cómo estás?
-¿De dónde vienen?
-De Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, somos prensa
-¿Se pueden ir, por favor?
-Una preguntita…
-No, ¿se pueden ir?
-Una pregunta rápida
-Están en mi casa, ¿se pueden ir? Váyanse ya
-Esta casa…
-Váyanse o llamo a la policía
-Esta casa está a nombre de Guillermina Álvarez Cadena
-Váyanse o llamo a la policía […]
-Somos prensa
-No son prensa, váyanse […]
-Estamos viniendo a preguntar tu opinión y tu postura
-Solo queremos saber desde cuándo viven en esta casa
-No, váyanse, dejen de provocar […] ¡Váyanse a la buena! Yo los voy siguiendo.
Durante la conversación, que no duró más de tres minutos, el hijo mayor del presidente se limitó a correr a los periodistas, siguiéndolos hasta la esquina de la calle y asegurando que llamaría a la policía si no se retiraban.
Aseguró que la casa es de su propiedad pero no aclaró nada sobre el vínculo de la vivienda con la asistente de la directora del periódico La Jornada.
“La casa es de él”
De acuerdo con la escritura pública consultada por MCCI, la propiedad ubicada en la alcaldía Coyoacán fue comprada en junio de 2010 por Guillermina Aurea Álvarez Cadena, quien se identificó ante el notario público como empleada. Ella se ha desempeñado desde entonces, a la fecha, como asistente de la dirección en La Jornada.
Según los documentos del Registro Público de la Propiedad, Álvarez Cadena pagó tres millones de pesos por la casa.
En la escritura se asentó que la propiedad tiene una superficie de 200 metros cuadrados, aunque en la ficha catastral consultada por MCCI se precisa que la superficie construida, en dos niveles, es de 325 metros cuadrados.
Aunque Guillermina aparece en los documentos como la dueña, los vecinos no recuerdan haberla visto.
MCCI habló con algunos vecinos que viven en las casas aledañas a la propiedad pero ninguno reconoció que una mujer fuera la dueña. “El hijo del Presidente es el que vive ahí”, dijo un vecino.
“¿Guillermina? ¡N’ombre! Ahí vive el hijo del Presidente”, mencionó otro vecino cuando se le preguntó por la propietaria de la casa.
José Ramón López Beltrán y su familia no ocuparon esta propiedad únicamente durante su recuperación, después de contraer COVID-19. Sus vecinos afirmaron que en diciembre de 2022 una mudanza llevó a la casa muebles nuevos.
“El Peje sólo ha venido a verlos una vez. De hecho creo que hasta festejaron aquí un cumpleaños del niño porque pusieron globos. Es muy fácil saber cuándo están aquí porque la calle se llena de camionetas blindadas”, mencionó un vecino.
La multiplicación de los contratos
En 2018, que correspondió al último año de gobierno de Enrique Peña Nieto, la empresa Desarrollo de Medios SA de CV (Demos, razón social de La Jornada) recibió 96 millones de pesos en contratos de publicidad gubernamental, mientras que al año siguiente, que fue el primer año de AMLO, el monto se duplicó, al sumar casi 200 millones de pesos, de acuerdo con información oficial disponible en la plataforma de Compranet.
En todo el sexenio de Peña los contratos a La Jornada sumaron 368 millones de pesos, mientras que entre 2019 y 2022 el monto asciende a 750 millones de pesos.
Es decir, en cuatro años de la actual administración federal se asignó a La Jornada un monto equivalente a más del doble de los seis años de Peña.
La Jornada es, de hecho, el periódico más favorecido por el sexenio de AMLO.
Tan sólo en 2022, recibió 186 millones de pesos en contratos, seguido de Editorial Acuario (que publica Tabasco Hoy) con 49 millones.
La línea editorial de ambos periódicos es de abierto apoyo al gobierno de López Obrador.
Entre 2019 y 2022, el mayor proveedor de publicidad del Gobierno de López Obrador fue Televisa con contratos que suman alrededor de 881 millones de pesos, seguido de TV Azteca con 815 millones y La Jornada con 750 millones, según información oficial.
El gobierno federal también ha otorgado contratos a Imprenta de Medios SA de CV, la compañía que imprime La Jornada.