El coronavirus ha afectado de manera desproporcionada a las personas más pobres de México. Los municipios más con mayores niveles de pobreza no solo han sufrido una mayor letalidad que el resto del país, como muestran los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), sino que las consecuencias económicas y sociales también serán más desastrosas para los que menos tienen.

Visitamos los 20 municipios más pobres del estado de Chiapas y encontramos que 45% de las niñas y niños que eran beneficiarios del programa social Prospera no pudieron continuar con sus estudios y tuvieron que abandonar la escuela durante la pandemia. Esto a pesar de ser beneficiarios de las Becas para el Bienestar Benito Juárez.

Fotografía: Nayeli Cruz / El País México

Fotografía: Nayeli Cruz / El País México
Fotografía: Nayeli Cruz / El País México

Con el avance de la pandemia del coronavirus, la Secretaría de Educación Pública decretó la suspensión de clases desde el 16 de marzo hasta el 20 de abril, por lo que alrededor de 30 millones de estudiantes tuvieron que permanecer en sus casas y sin una idea clara de cómo continuarían con sus estudios. La respuesta del gobierno fue la implementación del programa Aprende en Casa, que transmitiría por los canales abiertos de televisión los diferentes cursos que deberían tomar los estudiantes, junto con un seguimiento del avance de los alumnos que seguirían haciendo los profesores de manera remota.

Visitamos los 20 municipios con mayores carencias del estado de Chiapas para documentar las condiciones de las niñas y niños que transitaron del programa Prospera a las becas del gobierno actual y cómo los afectó la pandemia. Los resultados no son alentadores: solo 55% de los estudiantes pudieron continuar con sus estudios, mientras que 45% tuvieron que salir del sistema educativo.

Las cinco razones principales por las que esto sucedió, de acuerdo con las propias familias afectadas, fueron la falta de dinero para pagar el servicio de internet; la carencia de un equipo de cómputo o televisión en casa; horarios de clases no accesibles; la ausencia de una persona mayor para supervisar las actividades escolares y la inexistencia de información sobre cómo ingresar a las clases.

Las condiciones tampoco han sido las mejores para el resto de estudiantes que sí pudieron seguir el modelo de la SEP, pues 72% toman sus clases en línea a través de un teléfono celular, 54% de ellos no han tenido un adulto encargado de acompañar los trabajos y actividades escolares y en 49% de los hogares las familias reportaron problemas para poder continuar con las clases. Entre estos destaca que no tienen la capacidad económica para continuar pagando el servicio de internet, que no cuentan con el equipo adecuado para tomar las clases y enviar las tareas y que no cuentan con los materiales escolares necesarios para el aprendizaje de los estudiantes. Destaca que sólo 10% de las niñas y niños pudieron tomar clases por televisión a través del lanzamiento del proyecto Aprende en Casa II.

El programa Prospera (antes llamado Progresa y después Oportunidades) era una de las políticas sociales más ambiciosas del gobierno para romper el ciclo de pobreza intergeneracional. La entrega de diversos apoyos económicos y alimentarios focalizados en los hogares en condiciones de pobreza extrema, combinados con la obligación de los padres para llevar a sus hijos a chequeos médicos y a la escuela, fueron sustituidos por el gobierno actual por el Programa de Becas para el Bienestar Benito Juárez, que entrega 800 pesos mensuales por familia.

Fotografía: Nayeli Cruz / El País México
Fotografía: Nayeli Cruz / El País México
Fotografía: Nayeli Cruz / El País México

Estos resultados ponen contra la pared a una administración que continuamente repite que su prioridad son las personas más pobres. Al haber implementado un modelo educativo que no considera las múltiples carencias de los hogares, junto con la ausencia de políticas públicas específicas para mitigar las consecuencias económicas y sociales del coronavirus, los más pobres están sufriendo la peor parte de esta crisis, lo que solo profundizará las ya enormes brechas de desigualdad que existen en México.