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La transformación del discurso sobre la corrupción

FOTO: ANDREA MURCIA/CUARTOSCURO.COM

Andrés Manuel López Obrador


“La corrupción es la forma más extrema de la privatización”
Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024

Uno de los componentes esenciales del discurso del gobierno de Andrés Manuel López Obrador es el combate a la corrupción. Durante su toma de protesta el 1° de diciembre de 2018, el presidente aseguró que realizaría una transformación en la que “se acabará con la corrupción y con la impunidad que impiden el renacimiento de México” (2018). En una sociedad que percibe a la corrupción como una de sus principales preocupaciones, esta oferta política fue altamente atractiva durante las elecciones presidenciales: de acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG)—elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)—, desde 2015, la corrupción es el segundo problema más mencionado, sólo por debajo de la inseguridad.

Andrés Manuel López Obrador

La prioridad de la corrupción en el discurso de Andrés Manuel López Obrador es evidente. Katia Guzmán[1] revisó un total de 667 discursos presidenciales, enunciados entre el 4 de diciembre de 2018 y el 5 de marzo de 2020. Mediante este análisis, Guzmán encontró que en 90% de ellos fue mencionada la palabra ‹‹corrupción››, por lo menos una vez; asimismo, el vocablo corrupción o sus derivados (corrupto, corruptelas, etcétera) fueron mencionados un total de 5,324 veces. En sintonía con estos hallazgos, el despacho de comunicación política Spin señala que la frase más mencionada por el titular del Ejecutivo federal en su primer año de gobierno fue la corrupción y sus derivados (2,321); de hecho, la frase sigue siendo la más mencionada en lo que va de 2020 (860 menciones).

A pesar de que existe una justificada discusión académica en torno a la mejor definición de lo que es corrupción, los actos que pueden considerarse corruptos van cambiando en el tiempo y dependen en buena medida de la interpretación que le da la sociedad en un momento específico (Holmes, 2019). Lo anterior no implica una total relativización sobre el concepto: el soborno, por ejemplo, es universalmente considerado vergonzoso y no hay país en el mundo que no castigue de alguna manera esta actividad (Kliitgard, 1991). Existen, sin embargo, conductas y circunstancias en las que no es tan claro si se trata o no de corrupción, y cuya sanción social cambia en el tiempo.

No es posible definir recetas garantizadas en la formulación de políticas de combate a la corrupción, pero pareciera que uno de los ingredientes necesarios es el compromiso público de un liderazgo político (Rotberg, 2017). Así, el discurso que asume un presidente en México puede modificar la percepción general de la ciudadanía sobre este problema. Para ilustrar este punto se muestran a continuación dos intervenciones presidenciales, una de Enrique Peña Nieto y otra, de Andrés Manuel López Obrador.

El 3 de febrero de 2015, el presidente Enrique Peña Nieto ofreció una conferencia de prensa en la cual anunció una investigación por parte de la Secretaría de la Función Pública (Peña Nieto, 2015). Durante su mensaje, el mandatario declaró

La corrupción en México es […] un problema estructural que entre todos debemos enfrentar. Y si bien he sostenido que la corrupción es un problema para todos los países y en muchas ocasiones un tema de carácter cultural, no hay excusa para dejar de tomar acciones decididas. Y aquí quiero ser enfático, el presidente no otorga contratos, no adjudica compras, ni obras, tampoco participa en ningún comité de adquisiciones, arrendamientos o servicios.

En diferentes intervenciones públicas, el presidente Peña Nieto consideró que la corrupción era “una debilidad de orden cultural” (Animal Político, 2014). Peña Nieto parecía señalar hacia una explicación estructuralista de la corrupción; es decir, a una condición propia de la sociedad mexicana en la que todos sus integrantes estaban involucrados y cuya solución implicaba muy altos costos. La encuesta realizada en 2019 por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y el Periódico Reforma refleja, en parte, esta perspectiva: una de cada cuatro personas encuestadas consideraba que la cultura y la educación eran las causas principales de este problema. Es importante apuntar que para esta misma pregunta, la mitad de las respuestas señalaron a la impunidad como causa principal.

En contraste, durante su toma de protesta en la Cámara de Diputados, el presidente López Obrador dijo:

Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentismo. Esa es la causa principal de la desigualdad económica y social, y también de la inseguridad y de la violencia que padecemos. […] Pondremos orden en la cúpula del poder, porque la corrupción se promueve y se practica fundamentalmente desde lo alto hacia los niveles inferiores. Es decir, vamos a limpiar al gobierno de corrupción de arriba para abajo, como se limpian las escaleras.

El discurso de López Obrador reconoce la relevancia de la corrupción como problema e incluso lo señala como la causa de otros males. Desde la campaña, el entonces candidato hizo énfasis en los actos de corrupción cometidos por los gobiernos anteriores. Ya como presidente ratificó esa posición y ésta fue plasmada en el plan nacional de desarrollo: “La característica más destructiva y perniciosa de los neoliberales mexicanos fue la corrupción extendida y convertida en práctica administrativa regular.” (DOF, 2019).

La edición 2020 de la encuesta MCCI-Reforma incluyó como opción “los gobiernos anteriores” a la pregunta sobre las causas de la corrupción. El impacto del discurso presidencial es palpable: si bien la impunidad sigue siendo la principal causa (39%), los gobiernos anteriores ocupan una segunda posición prácticamente con una de cada tres respuestas (32%); en cambio, cultura, educación y valores alcanzaron apenas un punto porcentual.

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La influencia del discurso oficial es mayor entre quienes aprueban la gestión de López Obrador: en este grupo, los gobiernos anteriores son la respuesta más recurrente, con 38%, mientras que la impunidad obtuvo 35%. En cambio, entre quienes no aprueban la gestión del titular del ejecutivo, la influencia de su discurso es menor, pues para este grupo, la impunidad sigue siendo la mejor explicación y los gobiernos anteriores se colocan en un empate técnico con las condiciones de pobreza y desigualdad.

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Un elemento recurrente entre 2019 y 2020 es que la mayoría de las personas consultadas —independientemente de su aprobación por el titular del ejecutivo— considera que la mejor explicación de los actos de corrupción es la impunidad o la falta de castigo. Esta percepción es consistente con un enfoque clásico de la literatura especializada: el del institucionalismo económico.

Desde esta perspectiva teórica, el agente —es decir, el gobierno— realizará actos de corrupción cuando los beneficios sean mayores que los costos; estos actos van en contra de los intereses del principal —la sociedad, las personas representadas por el gobierno— (Klitgaard, 1991). Una manera de mantener los beneficios (los recursos obtenidos de los sobornos, por ejemplo) por encima de los costos (las sanciones o la prisión) es la impunidad: si la probabilidad de ser castigado es baja, los costos son percibidos como bajos.

La impunidad también es un elemento recurrente en el discurso del presidente López Obrador. El análisis de Guzmán muestra que 372 de los 667 discursos incluyen al menos una vez a la impunidad (56%). En total, el presidente mencionó 565 veces esta palabra.

El discurso de los líderes políticos no sólo permea sobre la importancia de determinado tema en la agenda pública o sobre su origen; también influye sobre las medidas de política pública implementadas para resolverlo. En el caso del discurso anticorrupción de la actual administración federal resaltan tres medidas concretas:

  1. Hacer de la corrupción un delito grave.
  2. Someter a consulta popular procesos de investigación contra los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
  3. El ejemplo de honestidad del presidente y los altos mandos disminuirá la corrupción en el gobierno

Estas medidas gozan de diferentes niveles de apoyo en la población. El endurecimiento de las penas para quien cometa un acto de corrupción es respaldado por cuatro de cada cinco mexicanos. En concreto, 86 por ciento de las personas consultadas se manifestó a favor de calificar los actos de corrupción como delito grave.[2] La negativa del presidente López Obrador a juzgar a sus antecesores por posibles actos de corrupción no ha recibido respaldo ciudadano: tanto en 2019 como en 2020, nueve de cada diez encuestados se inclinan por sancionar a estos exmandatarios.

Sobre la suficiencia de la honestidad presidencial como mecanismo de cambio en la actitud del resto de los trabajadores del gobierno, las personas encuestadas se mostraron más escépticas que el año pasado: mientras 61% apoyaba esta frase en 2019, para 2020 la medida fue apoyada por 51% de las personas encuestadas. Es decir, hubo una reducción de diez puntos porcentuales de un año para otro.

La honestidad del presidente no es el único postulado que ha perdido apoyo ciudadano: el combate a la corrupción por parte del gobierno actual ha visto mermada su aceptación. En 2019, 70% de las personas consideraban que el combate a la corrupción emprendido por el gobierno de López Obrador iba bien o muy bien; para 2020, esta proporción disminuyó a 43%. Como correlato, las personas que consideraron que los actos de corrupción ocurren muy frecuentemente o frecuentemente se elevó de 86 a 90%.

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Retomando a Robert Rotberg, si bien el liderazgo político en favor de un esfuerzo anticorrupción resulta indispensable, no es suficiente (2017). Este liderazgo también debe impulsar medidas radicales de cambio en el sistema político para contrarrestar las dinámicas de corrupción preexistentes. Lo anterior es particularmente relevante porque los liderazgos políticos con amplio apoyo ciudadano tienden a desgastarse con el paso del tiempo y los resultados de la encuesta de 2020 con respecto a la de 2019 apuntan a que esto ya está sucediendo con el discurso de López Obrador. Este desgaste podría terminar por impedir una transformación real de las condiciones que facilitan los actos de corrupción.

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Hace un año, documentamos el optimismo de más de 45 millones de personas por experimentar un cambio de estrategia en el combate contra la corrupción y advertimos que sin un planteamiento integral esas altas esperanzas podían verse defraudadas (Núñez González, 2019).  Esa ventana parece aún existir, pero se está cerrando: en 2020, 43% de las personas creen que la corrupción aumentará en los próximos 12 meses y sólo 31% cree que disminuirá.

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El discurso anticorrupción de Andrés Manuel López Obrador movilizó a millones de personas y llevó al gobierno al proyecto político con el mayor respaldo ciudadano de los últimos 30 años en México. Sin embargo, el discurso no alcanza por sí solo para acabar con la corrupción: son necesarias medidas integrales que involucren a todos los actores políticos y que apuesten por incrementar los mecanismos de control y sanción de los actos de corrupción. Tales acciones deben verse reflejadas en la vida cotidiana de los ciudadanos. La ventana de oportunidad está cerrándose, pero aún existe la posibilidad de llevar la transformación del discurso a la realidad.

Ricardo Alvarado Andalón. Investigador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad

Twitter: @ricalvan

Este artículo no hubiera sido posible sin el apoyo de Katia Guzmán en el procesamiento de datos y la generación de gráficos.


Fuentes consultadas

Animal Político (2014, 9 de septiembre) «La corrupción es un asunto cultural»: Peña Nieto. Disponible en https://www.animalpolitico.com/2014/09/la-corrupcion-es-un-asunto-cultural-pena-nieto/, consultado el 14 de julio de 2020.

Comunicación del presidente Enrique Peña Nieto, 3 de febrero de 2015. Mensaje disponible en https://www.youtube.com/watch?v=_g820xQG-fI, consultado el 14 de julio de 2020.

Diario Oficial de la Federación (2019, 12 de julio) Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, Ciudad de México. Recuperado de https://bit.ly/30923Xv, consultado el 13 de julio de 2020.

Holmes, Leslie (2019) ¿Qué es la corrupción?, Grano de Sal y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, Ciudad de México.

Guzmán, Katia y Ramírez, Sofía (2020) Prospectiva de la corrupción y la política anticorrupción en México, Los Mexicanos Frente a la Corrupción y la Impunidad, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) (2020) Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2019. Recuperado de https://www.animalpolitico.com/2018/12/discurso-integro-amlo-protesta-presidente/, consultado el 13 de junio de 2020.

Klitgaard, Robert (1991/1988) Controlling corruption, University of California Press, Los Angeles, California.

López Obrador, Andrés Manuel (2018, 1 de diciembre) Discurso íntegro de Andrés Manuel López Obrador al rendir protesta como presidente, Animal Político. Recuperado de https://www.animalpolitico.com/2018/12/discurso-integro-amlo-protesta-presidente/, consultado el 13 de junio de 2020.

Ramírez Aguilar, Sofía (Coord.) (2019) Los mexicanos frente a la corrupción y la impunidad. Perspectivas y prospectivas 2020, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, Ciudad de México. Recuperado de consultado el 14 de julio de 2020.

Rotberg, Robert (2017) The corruption cure. How citizens and leadres can combat graft, Princeton University Press, Reino Unido.

Taller de comunicación política Spin (2019) Infografía 16 sobre conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador. Recuperado de http://www.spintcp.com/conferenciapresidente/infografia-16/, consultado el 13 de julio de 2020.

Taller de comunicación política Spin (2020) Infografía 29 sobre conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador. Recuperado de http://www.spintcp.com/conferenciapresidente/infografia-29/, consultado el 13 de julio de 2020.


[1] Guzmán, Katia y Ramírez, Sofía (2020) Prospectiva de la corrupción y la política anticorrupción en México, Los Mexicanos Frente a la Corrupción y la Impunidad, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.

[2] Hacer de la corrupción un delito grave implicó, en la narrativa gubernamental, incluir dos actos de corrupción en el listado de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa. No hay evidencia en favor del posible éxito de esta medida. Todo lo contrario. Para más información consultar a Fernández Villagómez, Vianney (2019, 21 de febrero) Prisión preventiva oficiosa: la desconfianza manda, Blog Desarmar la Corrupción, Revista Nexos y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.

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