“No se puede mejorar lo que no se controla; no se puede controlar lo que no se mide; no se puede medir lo que no se define”. Es una frase atribuida al experto en calidad William E. Deming y que ha sido adoptada desde hace ya varias décadas en el área de la salud en el mundo. De ahí la relevancia de números, estadísticas y tendencias: todo lo que ayude a conocer el estado de los servicios de salud que reciben los habitantes de este planeta. La mayor parte de las economías más importantes lo saben y es por ello que miden, corrigen y mejoran.
En México, en la actual administración, pocas cosas pueden ser más molestas y ofensivas al gobierno que se le muestren las cifras frías. A lo largo de estos últimos cinco años, ha evitado al máximo contar con mecanismos de medición, cuyos resultados podrían exponer de manera transparente la ignorancia e inexperiencia en el manejo de la salud, guiada casi exclusivamente por una ideología.
Los datos duros de Health at a Glance
«Health at a Glance» (La salud en breve, o de un vistazo, en español) es un informe anual publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) desde 2005. Su objetivo principal es proporcionar una visión detallada y comparativa de los sistemas de salud en los países miembros de esa organización y algunos países socios seleccionados. Este reporte se basa en una amplia gama de datos y estadísticas de salud, lo que lo convierte en una valiosa herramienta para evaluar el rendimiento de los sistemas de atención médica y comprender las tendencias en la salud a nivel internacional.
«Health at a Glance» examina temas clave como el acceso a la atención médica, la calidad de los servicios de salud, el gasto en salud, los resultados de salud y mucho más. El estudio ofrece una visión objetiva y comparativa que representa una ayuda invaluable para los responsables de la toma de decisiones al identificar áreas de mejora y buenas prácticas en los sistemas de salud.
En su edición 2023, un extenso documento de más de 230 páginas, realiza un análisis de las cifras y los indicadores de salud más importantes en el mundo. Para ello, considera documentos y reportes publicados por las autoridades de salud de los mismos gobiernos y que están actualizados hasta 2021-2022, aunque algunos no lo han sido desde el año 2019.
Este documento es particularmente cuidadoso al establecer como contexto un mundo post-pandémico en el que, si bien muchas naciones y muchas economías fueron brutalmente golpeadas, puede notarse cómo las que tuvieron una mejor planeación y soporte económico para su sistema de salud muestran los mejores resultados. Lamentablemente, no es el caso de México, que queda muy mal parado con una enorme colección de resultados negativos y muy pocos positivos. Un gran componente del pretexto gubernamental de los malos resultados en salud de los últimos años ha sido la pandemia.
Una característica de los estados de bienestar europeos, que incluyen a la mítica Dinamarca, es que sus servicios de salud están suficientemente subvencionados con recursos de procedencia mixta, aunque mayoritariamente de las grandes tasas impositivas. Sin embargo, el aspecto más importante es que sus sistemas de salud están pensados en el beneficio de la población, a diferencia de México, donde el éxito de “las instituciones”, la agenda y el lucimiento político han sido el objetivo desde hace más de 70 años.
Los resultados de México en «Health at a Glance» nos muestran un sistema de salud anquilosado, atrapado en una visión y en una retórica de la época postcardenista, donde la escasa inversión para la salud y la falta de planeación, objetivos y seguimiento a indicadores clave muestran a nuestro país en una situación muy precaria.
El documento es bastante extenso, por lo que en este texto procuraré dar un panorama muy puntual sobre algunos de los indicadores más importantes para el sistema de salud de México.
Salud Digital
Desde hace cinco años, «Health at a Glance» le ha dado un seguimiento al creciente uso de las tecnologías en salud. Este año el capítulo dedicado a la salud digital representa más del 10% del documento.
Esta sección trata a profundidad temas como el uso de tecnologías de información y comunicación en el sector de la salud, tendencias en telemedicina, registros electrónicos, aplicaciones móviles y su impacto en la atención al paciente, así como la gestión de la salud pública y la eficiencia operativa de los sistemas. El apartado aborda información sobre los desafíos en la implementación de la salud digital, como la interoperabilidad de los sistemas, la seguridad de los datos, la privacidad de los pacientes, el análisis de grandes conjuntos de información (big data), sistemas de apoyo a la toma de decisiones clínicas y, evidentemente, las disparidades en el acceso a la tecnología digital en el cuidado de la salud.
La participación de México en estos resultados es verdaderamente marginal y eso debería preocuparnos mucho. “En todos los indicadores [del capítulo de salud digital], Dinamarca aparece como el país que más frecuentemente lidera. (…) Más del 95% de los países de la OCDE están entre los líderes en al menos una categoría (todos excepto México)”, indica el reporte. La falta de acceso y utilización de tecnologías ha sido característica del sistema de salud mexicano desde su inicio y un área donde siempre hemos estado a la saga de los avances más importantes con respecto a otros países. En un mundo globalizado e interoperado, donde el uso de expedientes clínicos electrónicos, trazabilidad de las prescripciones mediante recetas digitales, consultas y trabajo colaborativo a través de telemedicina son la norma, México tiene un gran trabajo pendiente para adoptar estas herramientas.
El estado de salud
El documento de la OCDE le dedica dos importantes secciones a la medición directa de los resultados de salud. La primera de ellas es una colección de indicadores elementales del desempeño de los sistemas de salud de una población. Es en varios de estos indicadores donde México muestra resultados bastante precarios.
Mortalidad materno infantil
La mortalidad materna, definida como la muerte de una mujer durante el embarazo, el parto o dentro de los 42 días posteriores a la terminación del embarazo, es un indicador clave de la salud de la mujer y del rendimiento del sistema de salud. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) buscan reducir la tasa global de mortalidad materna a menos de 70 muertes por 100 mil nacidos vivos para 2030.
La mortalidad materna puede reducirse a través de la planificación familiar, el acceso a cuidados prenatales de calidad y la atención durante y después del parto por profesionales de la salud capacitados. En 2020, el promedio en los países de la OCDE fue de 10.9 muertes por cada 100 mil nacidos vivos, significativamente más bajo que el objetivo de los ODS. México, en contraste, reportó 59.1 fallecimientos por cada 100 mil nacidos vivos, un resultado nada positivo para la 15ª economía mundial.
En ese mismo contexto, la mortalidad infantil, definida como las muertes en niños menores de un año, refleja el impacto de las condiciones económicas, sociales y ambientales en la salud de madres e infantes, así como la eficacia de los sistemas de salud. La mortalidad infantil puede reducirse mediante intervenciones costo-efectivas y apropiadas, incluyendo cuidados postnatales inmediatos y manejo de infecciones neonatales, neumonía, diarrea y malaria. La tasa promedio en los países de la OCDE en 2021 fue de 4 muertes por cada 1,000 nacidos vivos, disminuyendo 15% desde 2011, cuando alcanzó 4.7. Las cifras de México son estremecedoras con 12.7 muertes por cada mil nacidos vivos. Es claro que algo no estamos haciendo bien.
Tabaco y alcohol bien. Obesidad, diabetes y mortalidad general, muy mal.
Uno de los pocos indicadores en donde México muestra cifras positivas es la del descenso en el porcentaje de consumo de tabaco y alcohol en la población menor de 15 años, donde México se desempeña muy bien con el 8.6 y 5.1%, respectivamente.
Mientras tanto, los índices de obesidad en México son de los más altos, con más del 36% de la población mayor de 15 años con este padecimiento. Esta cifra está muy por arriba del 19.5% promedio de la OCDE.
La prevalencia de diabetes en México en 2021 fue mucho más alta con 16.9% de la población contra el 7.0% del promedio de la OCDE.
México, Letonia, Lituania y Hungría registraron las tasas de mortalidad evitable más altas, con más de 400 muertes prematuras por cada 100 mil personas. México tiene la mortalidad más alta de todo el grupo, con 665 muertes evitables por cada 100 mil habitantes, casi el triple del promedio de 237.
La esperanza de vida en México fue de tan solo 75.4 años, contra 80.3 años, que es el promedio de la OCDE. Mientras las tasas de mortalidad disminuyeron en la mayoría de los países de la OCDE desde el año 2000, aumentaron en seis, además de México: Japón, Costa Rica, Corea, Chile, Colombia y Turquía.
Seguridad de la prescripción
Los indicadores de seguridad de los pacientes en el mundo muestran resultados alentadores. Por ejemplo, la prescripción segura en atención primaria ha mejorado en la mayoría de los países a lo largo del tiempo, con reducciones en el volumen medio de antibióticos. Aun así, la seguridad del paciente sigue siendo una preocupación, ya que el 57% de los médicos y enfermeras de los hospitales perciben que los niveles de personal y el ritmo de trabajo son inseguros.
Lamentablemente no existen cifras en el caso mexicano. En México la mayor parte de las prescripciones se dan en las farmacias de las clínicas gubernamentales y la reglamentación es ambigua para la venta de muchos medicamentos que requieren receta médica. Nuestro país se encuentra muy atrasado en la adopción, no sólo de la receta médica electrónica, sino del registro de prescripciones que pudieran dar certeza y seguridad al uso de antibióticos, neurolépticos y medicamentos controlados. Mientras tanto, la población sigue teniendo acceso a medicamentos robados, muestras médicas y medicamentos falsificados que se exponen en mercados públicos sin ningún control, ni regulación sanitaria.
Indicadores de atención médica y prevención
Cirugías Ortopédicas
El reemplazo de cadera y rodilla son procedimientos comunes y efectivos para tratar la osteoartritis. La prevalencia de osteoartritis está aumentando debido al envejecimiento de la población y a tasas crecientes de obesidad. Las tasas de reemplazo de cadera y rodilla han aumentado en todos los países de la OCDE, con aumentos significativos en países como Polonia, Costa Rica y Letonia. Sin embargo, el volumen de estas cirugías disminuyó drásticamente durante la pandemia y en 2021, las tasas seguían siendo inferiores a los niveles de 2019 en la mayoría de los países. En ambos procedimientos, rodilla y cadera, México muestra cifras lamentables que nos sitúan en el último lugar de la OCDE con apenas 3 y 7 procedimientos por cada 100 mil habitantes respectivamente.
Detección oportuna del cáncer de la mujer
«Health at a Glance» aborda el tamizaje (screening) del cáncer, considerado una forma eficaz de reducir la carga del cáncer de mama, cuello uterino y colorrectal. La mayoría de los países de la OCDE tienen programas de tamizaje para estas enfermedades, aunque los métodos y frecuencias varían. La detección temprana y el control de factores de riesgo son clave; sin embargo, las tasas de tamizaje disminuyeron con la pandemia de COVID-19, lo que podría llevar a diagnósticos y tratamientos tardíos y a peores resultados para los pacientes.
Una vez más, aunque la pandemia afectó a todos los países, el desempeño de México es considerablemente peor que el promedio, , siendo el último lugar en la realización de mastografías, con un descenso de más del 58% comparado con 2019. En la detección de cáncer cervicouterino, México se queda en los 5 últimos lugares con un descenso de casi 40% en el periodo del 2011-2021.
Las complicaciones de la diabetes
La sección de cuidado de la diabetes se centra en la atención de esta patología como una prioridad de salud pública con una prevalencia creciente. El manejo eficaz de la diabetes, incluido el control de la glucosa en sangre y la gestión de factores de riesgo como la hipertensión, puede prevenir complicaciones graves y hospitalizaciones. Se observan variaciones significativas en las tasas de hospitalización por diabetes entre los países de la OCDE, así como en las tasas de prescripción de medicamentos antihipertensivos recomendados para pacientes con diabetes. México muestra una de las cifras más altas de amputaciones de miembros inferiores, como consecuencia de diabetes complicada, con un crecimiento significativo de 2011 al 2021, que nos coloca a más del doble del promedio de la OCDE. En México, la diabetes no se está tratando correctamente.
Gasto en salud
La cobertura de los servicios de salud en México puede calificarse como verdaderamente lamentable, con tan sólo el 72.4% de la población protegida, contra el promedio de la OCDE, que casi alcanza el 98%. Vale la pena recordar la gran afectación que tuvo la pérdida del Seguro Popular entre la población que dependía de ese sistema de salud.
Es por eso que uno de los datos fundamentales que analiza este documento es el financiamiento de los servicios de salud. Por persona, el gasto en salud fue de poco menos de $5,000 USD en promedio, oscilando entre $12,555 USD en Estados Unidos y $1,181 en México, el más bajo de todos (ajustado por diferencias en el poder adquisitivo).
Con tan sólo 5.5% del PIB y del cual aproximadamente 40% proviene del bolsillo de la población , México es de los peores países de la OCDE en inversión en salud. La organización reporta un promedio de más del 9.2% del PIB como recomendación.
Al combinarse una muy pobre inversión en salud con la más alta mortalidad, se da origen a la gráfica que circuló hace unos días de manera muy amplia en las redes sociales.
Desde hace décadas que México forma parte del concierto global. Somos una economía de tamaño medio que se encuentra participando y compitiendo en muchos aspectos con otros países. En “Health at a glance” se ponen de manifiesto fallas importantes en la planeación, la determinación de objetivos, la asignación presupuestaria, pero sobre todo en una falta de visión que le está costando la salud y la vida a la población mexicana.
Hay quienes argumentan que esta situación no es nueva y que hay un contexto histórico en ello; sin embargo, desde hace más de cinco años que vivimos con la promesa de un sistema de salud “como el de los países nórdicos, como el de Dinamarca”. Esto no ha sucedido. Hoy, más que nunca, existen instrumentos y organizaciones que se dedican a la medición. Hoy en día los malos resultados no pueden seguir ocultándose.
Seguir tomando decisiones de manera visceral, guiadas ante todo por una ideología, seguirá colocando a México en una situación terriblemente vulnerable en materia de salud, y, por supuesto, nos alejará cada vez más de un sistema en el cual los mexicanos puedan tener un acceso digno a los servicios médicos.