Koloss Infraestructura, una constructora que en 2019 fue acusada por la Auditoría Superior de la Federación de haber cobrado 12 millones de pesos por cinco obras “fantasma”, obtuvo en 2020 otros seis contratos por asignación directa del gobierno federal y del Estado de México.
En el informe de la Cuenta Pública de 2018 la Auditoría Superior de la Federación reportó que Koloss Infraestructura había cobrado por obras que no fueron ejecutadas en el municipio de San José del Rincón, Estado de México.
“Con la visita física a las obras ejecutadas con recursos del FISMDF (Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social Municipal), en compañía del personal de la Dirección de Obras Públicas y Desarrollo Urbano del municipio de San José del Rincón, Estado de México, se constató que cinco contratos que ascienden a un monto total pagado de 12 millones 980 mil pesos, no fueron identificados físicamente, ya que posicionados en las localidades indicadas según los croquis de localización de las estimaciones presentadas en el expediente técnico, y mediante cuestionamientos a habitantes de las localidades, no fue posible conocer la ubicación de los trabajos”, menciona el dictamen de la auditoría.
Los auditores realizaron una relación de cinco obras de infraestructura hidráulica y de electrificación que en 2018 fueron pagadas a Koloss, pero que no fueron ejecutadas en el municipio mexiquense, ubicado en la zona boscosa donde está la reserva de la mariposa monarca.
La Auditoría instruyó a reintegrar el dinero pagado indebidamente a la constructora Koloss. “Se presume daño o perjuicio, o ambos, a la Hacienda Pública Federal por un monto de 12 millones 980 mil 167 pesos, más los rendimientos financieros generados desde su disposición hasta el reintegro a la Tesorería de la Federación, por conceptos de obra pagados con recursos del FISMDF 2018”, menciona el dictamen.
Acusada pero sigue recibiendo contratos
Koloss Infraestructura, la empresa encargada de las obras y acusada por la ASF, volvió a ser contratada en 2020 a pesar de las irregularidades detectadas por la auditoría.
El contrato más cuantioso se lo asignó el IMSS del Estado de México en mayo de 2020 para la venta de 13 ventiladores respiratorios por 19 millones 553 mil pesos, pese a que desde su fundación el giro de la empresa ha sido la construcción y no la proveeduría de equipos médicos.
Cada ventilador fue vendido en 1 millón 504 mil pesos, el precio más alto pagado por el gobierno federal durante toda la pandemia de Covid-19.
Los ventiladores más costosos eran los que había vendido el hijo de Manuel Bartlett al IMSS de Hidalgo, pero cuando ese contrato fue cancelado, Koloss quedó como el proveedor que vendió más caro.
Koloss Infraestructura, tiene su domicilio en una casa en Metepec y carece de experiencia en el ramo médico. En su página de internet dice dedicarse a la construcción y remodelación de obras comerciales, habitacionales e industriales; jardinería, sistema de riego, obra hidráulica e instalación eléctrica, mantenimientos generales de albañilería, plomería, electricidad, herrería, impermeabilización y pintura.
La empresa fue creada el 1 de noviembre de 2016 y su socio principal y administrador es un ingeniero de nombre José Luis Arévalo Millán, con el 95% de las acciones. La proveedora de los ventiladores tiene una filial, Koloss Comercializadora, también dedicada a la construcción, y que ha participado como supervisora en obras de reconstrucción de inmuebles afectados por el sismo de septiembre de 2018 en las alcaldías de Azcapotzalco y Miguel Hidalgo y que obtuvo unos 24 millones de pesos en contratos públicos entre 2014 y 2018 principalmente para obras en municipios del Estado de México.
En junio 2020, el Instituto de Seguridad Social del Estado de México entregó a Koloss más de 2 millones de pesos repartidos en cinco contratos por adjudicación directa para mantenimiento de diferentes clínicas y estancias infantiles en el Estado de México, y de acuerdo con el cronograma, las obras debían concluirse entre septiembre y octubre del año pasado.
Según el documento de avances de obras realizadas por el instituto, los avances físicos de las cinco obras al 20 de julio del 2020 eran del cero por ciento.
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad acudió al centro de pensionados Eva Sámano, donde el director del lugar indicó que efectivamente en ese sitio Koloss realizó trabajos de remodelación el año pasado, y aseguró que no tuvieron contratiempos con la empresa.
Pagan toma de agua… pero no cae ni una gota
Para abastecer de agua potable a una comunidad, el gobierno del Estado de México destinó casi un millón y medio de pesos, pero a más de dos años de la instalación los pobladores no han recibido una gota de agua.
De acuerdo con el informe de la Auditoría, Koloss fue la empresa contratada para realizar obras de “mejoramiento de sistema de agua potable en la localidad de Jesús Carranza, en San José del Rincón, Estado de México”. Para esto se le pagó a la empresa 1 millón 494 mil 959 pesos.
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) acudió a la localidad de Jesús Carranza y pudo constatar que los trabajos para introducción de agua potable sí fueron realizadas, sin embargo, de acuerdo con los pobladores desde la finalización de las obras hace más de dos años y hasta la fecha no ha caído una gota de agua.
Jesús Carranza es un poblado de menos de 600 habitantes ubicado a un costado de la carretera El Oro. Marcelina, vecina de la localidad contó a MCCI que hace poco más de dos años acudieron a su casa y a todas las viviendas aledañas trabajadores para instalarles un sistema con el que ya tendrían agua potable directo de la llave.
En aquel momento Marcelina compró por 100 pesos una manguera y una llave para que se le instalara una toma de agua en el terreno en el que vive junto con cinco familias, pero cuenta que una vez terminada la obra los trabajadores probaron que saliera el agua, esa fue la primera y última vez que salió.
A unos metros del poblado, cruzando la carretera se encuentra el río de San Juan, un pequeño canal de agua al que los pobladores de Jesús Carranza bajan un par de veces a la semana con cubetas o garrafones vacíos para llenar de agua; otras veces con sus botes llenos de ropa sucia para lavarla ahí mismo.
Cuando MCCI acudió al lugar, la señora Dolores esperaba a un costado del río, sobre la caja de una camioneta tipo pick up, a su hijo que llenaba uno por uno los seis garrafones que llevaba para así poder tener agua durante un par de días.
Mientras el hijo de Dolores acarreaba agua a la camioneta, dos muchachas de unos 20 años de edad bajaban al río con un burro que llevaba amarrado un bidón vacío de cada lado; cada mujer llevaba una cubeta en la mano y un embudo hecho con un garrafón cortado que les servía para que el agua entrara en el recipiente sin derramarse.
Al mismo tiempo una mujer de unos 35 años se sentaba a la orilla del río con sus dos hijos de unos 5 y 7 años que la esperaban entre salpicaduras de agua mientras ella lavaba las cerca de 30 prendas que llevaba consigo.