Los datos de la 4ta Encuesta Nacional sobre Corrupción e Impunidad de Reforma y MCCI muestran que el presidente ha logrado desplazar gradualmente la visión institucional de la política social para transformarla en programas que los beneficiarios asocian directamente con su persona. Esto beneficia directamente a él y su gobierno, pues no puede comprenderse la aprobación de ambos sin considerarse el efecto que los programas sociales están teniendo en la población. Sin embargo, las evidencias sugieren que los rasgos clientelistas de sus acciones también están beneficiando a su partido político, Morena.

Todo esto nos lleva a una última y espinosa cuestión. Si entendemos por corrupción el abuso de cualquier posición de poder —pública o privada— con el fin de generar un beneficio privado indebido a costa del bienestar colectivo o individual, ¿podemos decir que la política social del presidente Andrés Manuel López Obrador, además de clientelar, es corrupta? Está en ti, apreciable escucha, decidirlo.


Investigación: Miguel Torhton y Leonardo Núñez.

Conducción: Darío Ramírez.

Edición: Gloria Hernández.

Diseño gráfico: Adán Vega.


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