Por Alinne Mekler Aguilera
Ilustraciones de Paola Calvo
Video y fotografía: Mahatma Fong
Saúl no ha visto a su madre desde hace casi cinco años. Apenas la reconoce por fotografías. Ana Valeria, abuela de Diego y madre de María Xóchitl, es la responsable de que el niño de 6 años de edad pueda recordar el rostro de su madre.
Pero esa no es la única tarea que la mujer de 43 años de edad ha desempeñado en la vida de su nieto. No. Ella también es la que encabeza la búsqueda de María Xóchitl, quien desapareció la noche del 26 de diciembre de 2017.
Al inicio de su desaparición, la familia tuvo que decirle a Saúl que su mamá trabajaba fuera de la ciudad y no tenía celular. Él solo tenía un año de edad. Conforme ha pasado el tiempo, le han explicado que no saben dónde está su madre y por ello la buscan día y noche. Desde pequeño el hijo de Xóchitl tiene conciencia de que posiblemente no la encuentren, reconoce Ana Valeria, su abuela:
“Le pusimos su altar a mi hija con fotos, veladoras y un vaso de agua y (Saúl) pregunta si el espíritu de su madre podría venir a tomarse el agua. Él sabe que cuando salimos a búsqueda, vamos por su mamá; es difícil, pero queremos prepararlo en caso de que la encontremos”.
Ana Valeria tiene la estirpe de toda mujer comundeña: fuerte, valiente y objetiva. Mientras explica los acontecimientos en torno a la desaparición de su hija, en ningún momento se le quiebra la voz o la esperanza. Con templanza narra los pasajes más significativos que tuvo con ella un día antes de que nadie la volviera a ver.
“Mi hija desaparece en fechas de Navidad, el 24 y el 25 son fiestas familiares y ahí estuvo con nosotros, todavía el 25 nos reunimos para el recalentado y el 26 todo el día estuvimos juntas con mis papás, sus hermanos y el niño […] Había mucha comunicación entre nosotras, todo platicábamos, entre todos la ayudamos con el niño. Cuando ella desapareció me sorprendió mucho, no me lo esperaba, si ella hubiera tenido un problema, me hubiera dicho que estaba pasando, no dio indicios de que tuviera un problema tan fuerte como para desaparecer; no sé en realidad si ella se fue o se la llevaron”.
De acuerdo a Ana Valeria, Xóchitl se había separado del papá de su hijo, cuando el niño tenía pocos meses de haber nacido. Su expareja tenía una sentencia de 6 años en el Centro de Readaptación Social (CERESO), ubicado en el municipio de La Paz, a 2 horas y media de Comondú. Entonces, Xóchitl decidió vivir en la capital del estado para que el papá de su niño pudiera verlo, pero debido a las dificultades de la crianza y la falta de su familia materna, decidieron separarse y ella regresar a Comondú.
En su casa, ubicada en Ciudad Constitución, Ana Valeria se sienta delante del altar que está rodeado de árboles y enormes plantas crecidas por las recientes lluvias, mientras luce un atuendo negro y gris que contrasta con su largo y oscuro cabello recogido. Se muestra tranquila mientras asegura con certeza que la desaparición de su hija está muy posiblemente relacionada con personas que frecuentaba en círculos sociales ajenos; es decir, amigos de sus amigas, pues en Comondú, dice, es frecuente relacionarse con amistades de amigos sin siquiera conocerlos; y en este caso, Xóchitl frecuentaba a un hombre, conocido de dos amigas en ese momento.
De acuerdo a la mamá de Xóchitl, el día 26 de diciembre, su hija dejó al bebé en casa de sus padres y posteriormente se trasladó a casa de su abuela materna para dormir con ella. La plática entre ambas se extendió por WhatsApp hasta las 10:30 de la noche, debido a que estaban acordando cómo y dónde se verían para que Xóchitl recibiera al bebé al día siguiente. A partir de ese momento, Ana Valeria no volvió a hablar otra vez con su hija, ni mucho menos saber de su paradero.
A las 11:30 de la noche la abuela escuchó que su nieta recibió una llamada al celular, ella percibió que mantenía una conversación con una persona conocida. Xóchitl le reclamó a la persona en la línea telefónica: “¿Por qué no me habías regresado la llamada en todo el día?”.
Durante la conversación al teléfono Xóchitl salió de la habitación y regresó aún en la llamada para pedirle a su abuela la llave de la puerta. Posteriormente abrió la entrada y volvió con su abuela para pedirle un abrigo, quien le respondió “ponte el que quieras de ahí”. Se colocó uno y nuevamente salió de la habitación para continuar aparentemente la conversación telefónica fuera del hogar.
Al día siguiente su abuela la buscó en casa y sólo percibió que la puerta principal se encontraba abierta. Recuerda que antes de salir de su habitación, Xóchitl llevaba puesta la ropa que tenía en la cena familiar, pantuflas y el abrigo que le prestó; dejando su bolsa con pertenencias personales, incluyendo el cargador de teléfono.
Ese día al no tener conocimiento de ella, la familia empezó a indagar entre sus amistades, donde una de las amigas de Xóchitl llamó a Ana Valeria y le aseguró, “mataron al “Misa” y creo que a la Xóchitl también”, lo que incrementó su angustia. Mientras tanto, interactuando en redes sociales, algunos parientes tuvieron conocimiento de una persecución que tuvo lugar en calles de Ciudad Constitución. Ana Valeria vio la foto en un medio de comunicación local y descubrió que el cuerpo que se encuentra tirado junto al vehículo abatido era el mismo hombre que frecuentaba amistosamente a su hija, el tal “Misa”.
Después de esto comenzaron a buscarla. No alertaron a las autoridades de seguridad pública porque pensaban que Xóchitl pudiera ser víctima de algún tipo de extorsión, y entrometer a la procuraduría estatal le ocasionaría algún problema; por ello decidieron investigar por cuenta propia.
Ana Valeria decidió continuar indagando con las amigas más cercanas a su hija, las cuales dejaron en claro que no sabían nada de ella. Posteriormente toda la familia decidió marcarle a su celular con la esperanza de saber alguna noticia; pero no hubo respuesta. Las llamadas entraban ocasionalmente en línea y en otras mandaba directamente a buzón, el móvil era apagado y prendido a distintas horas del día.
“La última vez que le marqué y entró la llamada, fue a las 9 de la noche del día 27 de diciembre. No me contestó, me mandó a buzón; entonces le mandé un mensaje (por WhatsApp) y me marcaba en línea, estaba en línea y en ese preciso momento, se sale y ahí se quedó (el último registro de conexión), ya no volvió a entrar, yo dije: ¿qué pasa?”, comentó Ana Valeria.
Las estadísticas arrojan que el 57 por ciento de los habitantes de Baja California Sur consideran que el problema más grande que atañe a su estado es la inseguridad que se vive. En términos de denuncias realizadas ante el Ministerio Público, de las carpetas de investigación iniciadas en 2018, el 55 por ciento de los casos no se resolvieron. En 2019 tampoco hubo solución para el 44.5 por ciento de los crímenes denunciados, sumado a que el INEGI aún no tiene las cifras registradas del 2020.
Baja California Sur | 2019 | 2020 | 2021 |
---|---|---|---|
Feminicidios | 2 | 4 | 7 |
Homicidios dolosos | 13 | 1 | |
Cifra negra de feminicidios | |||
Presupuesto destinado a género | |||
Subprocuraduría de atención a la mujer y al menor | $12.268.497,41 | $15.553.481,13 | $14.225.933,00 |
Centro de justicia para las mujeres | 1 centro | ||
Presupuesto que las autoridades reportaron que han gastado | $14.759.008,94 | $16.927.699,69 | $15.873.299,00 |
Alerta de Violencia de género | No tiene |
Ante la falta de indicios físicos y testigos cercanos que pudieran sugerir que Xóchitl fue secuestrada frente a la casa de su abuela materna, o incitada a caminar hasta un punto de encuentro, o herida en la calle y posteriormente secuestrada; su familia no tenía de dónde partir para continuar la búsqueda. Es entonces que decidieron poner la denuncia en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California Sur (PGJE). Tanto ella como su familia tardaron un mes en denunciar porque no entendían lo que estaba pasando. La posibilidad de una agresión no fue contemplada desde un principio, pues la familia pensaba que Xóchitl pudiera estar envuelta en un problema tan grande que la orilló a irse.
Con respecto a los delitos que se denuncian, BCS registró en el 2020 que únicamente el 12 por ciento de estos se presentan formalmente ante el Ministerio Público (MP) y solamente el 9. por ciento de los delitos cometidos inician un proceso.
La negligente pesadilla
A partir de ese momento inició el terror de cualquier madre en la búsqueda institucional de su hija: la negligencia de los Agentes de Investigación. Ana Valeria ofreció los nombres de las amigas de Xóchitl para interrogarlas y pidió el registro de las llamadas que tenía en su poder la compañía telefónica que ofrecía el servicio a su hija. Ella ha estado segura que al verificar los números telefónicos del día en que desapareció Xóchitl, podrían dar con las personas que tendrán respuestas del paradero de su hija. No fue así.
Al contrario, señala que el MP jamás ha solicitado ante la compañía telefónica el listado de llamadas que se hicieron el 26 de diciembre del 2017, y tampoco se han citado a declarar a las amigas de Xóchitl que Ana Valeria ha señalado reiteradamente en la carpeta de investigación. Después de 4 años de haberse interpuesto la denuncia formal, la PGJE no ha iniciado los requerimientos solicitados para la búsqueda documentada de Xóchitl. Cada que la familia les pregunta por qué no los han pedido, extra oficialmente solo responden “sí los vamos a pedir”, pero no les dan una fecha exacta.
Debido a las constantes rotaciones de Agentes Ministeriales, Ana Valeria señala que ha tenido que pedir las mismas pruebas durante años: la declaración de las amigas de Xóchitl y el listado de llamadas, algo que se repite con cada cambio de Agente de Investigación.
“El problema del gobierno, y no es por echarles, es que hay muchos cambios de personal, y por eso el expediente de mi hija está en blanco; tiene algunas anotaciones, pero la mayoría son cosas que yo les he dado, entiendo que tienen muchos casos, pero ellos saben lo que falta y han pasado más de 4 años”, agregó.
En 2018, a la mitad del sexenio del exgobernador Carlos Mendoza Davis, se registró que la PGJE de BCS, junto con la Fiscalía General del Estado de Colima (FGE), recibían más recursos per cápita de fondos y subsidios federales para la función de seguridad pública y justicia; esto por encima de los demás estados de la República.
Es decir que Baja California Sur tenía un cuarto total de su presupuesto de dichos fondos y subsidios, lo que constata que se tuvieron suficiente solvencia económica para evitar la rotación de personal, lo cual afecta directamente con la investigación de los casos y que además, deja entre ver que a pesar de haber recibido el recurso suficiente, no pudieron solucionar estas y otras carpetas judiciales.
Ana Valeria asegura que en cada Mesa de Seguridad que se realiza en el municipio de Comondú, pide una y otra vez al fiscal que soliciten las declaraciones de las amigas y el listado de llamadas, pero asegura que, al momento de hacerlo, la autoridad en turno pide que ella lo requiera en el expediente para que el MP solicite; lo que sugiere que Ana Valeria ha sido revictimizada durante 4 años por el aparato judicial del Estado sin que esto se detengan.
En esta misma Mesa de Seguridad, Valeria ha comentado que conoce la existencia de un vídeo donde aparece su hija en una zona comercial de Constitución un día después de su desaparición; y al contrario de cualquier negación que pudiera recibir, ella asegura que la fiscalía aceptó conocer dicha grabación, pero no terminan de explicar por qué esta prueba no está agregada al expediente.
De acuerdo a Ana Valeria, en el video se percibe un edificio habitacional donde sale el auto que fue abatido en aquella persecución que se suscitó un día después de la desaparición de su hija. Describe que el auto se estacionó frente a dicho inmueble y minutos después, el muchacho abre la puerta y es baleado, quedando sentado con la mitad del cuerpo colgando; y aunque no se ve completamente la parte de copiloto, se puede observar que una mujer es tomada del brazo y sacada inmediatamente del vehículo. Dada la amistad con su hija, Valeria asegura que la mujer del video pudiera ser Xóchitl que aún se encuentra viva.
“Yo me entero de estos detalles y no es por las autoridades. Sé que mataron a este muchacho pero no sabía que estaba pasando con mi hija [...] pienso que todo está ligado a esta persona, no sé si existe una carpeta de investigación de su homicidio, no sé quién es él, pero, ¿por qué matarlo a él y a ella no?, si hubieran tenido un problema en conjunto con esa persona (El Misa), los hubieran matado a los dos ahí mismo, pero parece que se la llevaron”, explica Ana Valeria.
Actualmente Baja California Sur cuenta con un Centro de Justicia para las Mujeres, una Subprocuraduría de Atención a la Mujer y al Menor, así como una Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra las Mujeres, lo cual significa que existen 3 dependencias centralizadas en la capital del estado (La Paz) para 392 mil 568 mujeres que viven en toda la Entidad.
En los años posteriores a la desaparición de Xóchitl, Ana Valeria tuvo acercamiento con el colectivo de búsqueda estatal denominado Sin Ellos No a través de la red social Facebook, donde al cabo de algún tiempo se adhirió con el apoyo de sus integrantes para encabezar el grupo de búsqueda en el municipio de Comondú, donde se han encontrado cerca de 21 osamentas en lo que va del 2022.
De acuerdo al Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas en el Baja California Sur, desde el 01 de enero del 2018 y hasta el 29 de junio del 2022, se ha registrado formalmente a 254 mujeres desaparecidas o extraviadas, de las cuales, la mayoría se encuentra en La Paz con 131 y Los Cabos con 76, en contraste, Comondú tiene denuncia de 6 mujeres; así como 4 más en el municipio de Loreto. En Baja California se han registrado 101 personas desaparecidas o extraviadas sin municipio de referencia de las cuales 24 son mujeres; contando que muchas de ellas no son buscadas por sus familiares y, por tanto, al no haber una denuncia judicial no se tiene certeza en las cifras reales de desaparecidas.
De esta forma aseguró que el exgobernador Carlos Mendoza Davis (2015-2021) nunca la atendió a ella ni a otras personas que buscaban a sus familiares, y evitó entrevistarse con los colectivos durante todo su mandato.
Durante este periodo de gobierno, en el 2020 se creó la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Baja California Sur la cual, ha ofrecido total apoyo a los colectivos desde su creación a través de su titular Lizeth Collins Collins. De acuerdo a Ana Valeria, la comisionada ha logrado un equipo de búsqueda con calidad humana; en contraste con el personal de la PGJE.
Señala que, a pesar de la disponibilidad y el apoyo de la Comisión para realizar las búsquedas en zonas altamente complejas de la geografía estatal, las nulas investigaciones del MP tienen el expediente completamente hundido en una cuenca de donde no han querido sacarlo.
A pesar de ello, Ana Valeria expresa que gracias a la red de contactos que se han hecho en las páginas de los colectivos de búsqueda, se ha podido localizar a personas vivas en el menor tiempo, además, ha sido posible que personas que tenían años buscando a sus familiares se contacten con ellos para integrarse a las jornadas en campo o bien, abran un registro de ADN en la Procuraduría para compararlo con cualquier resto humano que puedan encontrar en el desierto.
Ana Valeria conserva la esperanza de encontrar viva a su hija Xóchitl, sin embargo, se ha embarcado en una búsqueda de dolores masivos rodeada de madres sudcalifornianas durante las jornadas de excavación en el desierto, “Decir que se quiere encontrar a una familiar como sea, es algo muy duro, porque no es verdad, no queremos encontrar a nuestras familias como sea, los queremos vivos, aunque estamos conscientes de que no siempre es así”, comentó sin flaquear.