Entre los miles de documentos que revisó Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) relacionados con la caída de la estructura en un tramo de la Línea 12 del Metro se encuentran peritajes que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México solicitó a expertos externos, una serie de expedientes que confirman una ausencia de colocación de pernos, y que aquellos que sí fueron colocados entre Olivos y Tezonco, estaban en una mala posición.
Un dictamen técnico, que hasta ahora no es público, respecto de las causas que originaron el colapso del viaducto elevado entre las estaciones Olivos y Tezonco en mayo de 2021, y al que accedió MCCI como parte de esta investigación periodística, indica que el desmontaje de prelosas permitió ubicar la posición en la que se instalaron los pernos de la estructura colapsada, a través de las marcas que la soldadura dejó en el patín superior de las trabes.
“Es importante señalar que en ningún caso se observó una soldadura adecuada de los pernos, pues no se constataron marcas que revelaran una correcta fusión de los mismos con la placa del patín, ni residuos de perno adheridos a dicho patín”, se advierte en el peritaje.
Los esquemas incluidos en el documento inédito revelan inconsistencias entre la ubicación de pernos en el sitio como tal con respecto de lo que debió proyectarse en la construcción de la Línea 12 del Metro, conocida también en su momento como la “Línea Dorada”.
En la tableta 6, por ejemplo, se observan vacíos de pernos en tramos largos de la estructura; y aquellos que están instalados tienen una cercanía entre sí que es irregular. Una tabla indica las cifras sin rodeos: en la viga principal 1 se instalaron 68.3 por ciento de los pernos conectores; en la viga principal 2 fue el 72.2 por ciento; y en la viga secundaria sólo el 33.3 por ciento.
“Nos permitimos mencionar que los defectos del proyecto que contribuyeron a la falla del tramo en cuestión son generalizables al resto de la parte elevada de la Línea 12 del STC (Sistema de Transporte Colectivo), estructurada con vigas metálicas y losa de concreto reforzada. Por otro lado, consideramos que muchos de los errores graves de construcción constatados pueden existir en el resto de los tramos construidos con la misma tecnología”, se alertó en el dictamen, con fecha del 26 de agosto de 2021, y que Mexicanos contra la Corrupción pudo revisar durante los meses que llevó a cabo esta investigación.
Tras el colapso de la Línea 12, el Gobierno de la Ciudad de México habilitó un sitio electrónico con documentos de consulta para cualquier persona interesada, tales como el dictamen técnico final elaborado por la empresa DNV Energy Systems, en el cual se formuló que la caída ocurrió como resultado del pandeo de las vigas norte y sur, facilitada por la falta de pernos funcionales en una longitud significativa, lo que causó que parte del tramo elevado perdiera su estructura compuesta.
“Como resultado, la estructura compuesta estaba operando como dos vigas paralelas independientes, una viga de concreto y una viga de acero, que experimentaron condiciones de carga para las que no estaban diseñadas”, se lee en el dictamen de la empresa noruega-alemana, contratada por el Gobierno de la ciudad, y de acuerdo con la revisión hecha por MCCI a dicho documento.
El peritaje que hizo público el gobierno capitalino coincide con los peritajes inéditos revisados por MCCI, en que los factores que contribuyeron a la falta de funcionalidad en los pernos fueron soldaduras deficientes, pernos faltantes y mal colocados.
Errores humanos, según dictamen
Mexicanos contra la Corrupción revisó el peritaje de seguridad estructural elaborado para la Fiscalía General de Justicia capitalina al que se accedió a través de fuentes, y en el que se coincide que la colocación de los pernos en la estructura colapsada del Metro fue deficiente, con zonas donde incluso no se hallaron dichos elementos.
“Es importante destacar que de acuerdo a las pruebas de laboratorio, se detectaron en ciertas zonas soldaduras con piernas escasas, defectos de fusión, porosidades y rellenos de materiales extraños”.
Asimismo, se descarta que el colapso haya sido a consecuencia de un mal funcionamiento de la cimentación y también que no tuvo incidencia la resistencia del concreto en las prelosas y la sobrelosa.
“Lo anterior nos lleva a concluir que los materiales base con los que se construyó la superestructura cumplen con lo especificado en el proyecto, pero que en la conformación de las piezas hay errores que inciden en el mecanismo de colapso, por lo que se descarta el uso de materiales inadecuados en la construcción de la superestructura, pero se confirman errores constructivos en la conformación de las piezas”, indica el estudio.
Mantenimiento inadecuado, escenario poco probable
Una parte que se menciona en el análisis es el relativo al mantenimiento y la posibilidad de que la carencia de éste fuera un motivo del colapso.
“En la documentación revisada no se encuentran recomendaciones específicas para llevar a cabo dichas revisiones, como era de esperarse, con formatos específicos de cómo documentar las posibles anomalías que se encontraran, y puesto que hay elementos ahogados que no se pueden posteriormente revisar de manera ocular (pernos de cortante), (para) establecer criterios de revisión indirecta mediante el seguimiento de deformaciones.
“Si bien lo comentado anteriormente es un aspecto a considerar, es necesario mencionar que la causa del colapso no es atribuible a un mantenimiento inadecuado. En general, en una estructura bien diseñada y bien construida, los colapsos como el registrado no son frecuentes; de acuerdo con algunas estadísticas en otros países, sólo del 5 al 10 por ciento de los colapsos son atribuibles a un mantenimiento inadecuado”.
Sin embargo, se formulan tres posibles causas del colapso: errores constructivos, diseño insuficiente y mantenimiento inadecuado.
Este reporte no conocido hasta ahora también coincide con el peritaje de la empresa DNV Energy Systems, y señala la falta de casi 35 por ciento de los pernos en partes de la estructura.
“Se identificó una carencia de pernos conectores de cortante (se instalaron sólo del orden de 65 por ciento de los pernos especificados en el proyecto), una mala colocación de ellos, no siguiendo lo indicado en el proyecto (no respetando arreglo ni distancias mínimas entre ellos), y lo más grave, fueron colocados sin seguir los procedimientos adecuados que se indican en las normas constructivas, de tal forma que su efectividad se vio disminuida de manera abismal (de la resistencia probada en el laboratorio para estos elementos, se encontró que tienen una capacidad de sólo el 20 por ciento de la que normativamente debieran tener…)”, plantea, asimismo, uno de los análisis elaborados para la Procuraduría capitalina.
Otro de los elementos hallados en las indagatorias por el colapso de la Línea 12 del Metro, son los descuidos en la construcción, por ejemplo, un guante de carnaza que dio a parar de manera irregular en el colado de la obra.
La imagen no permite confusiones. Sucio, desgastado de los dedos, un guante amarillo, cuyo uso se da para la protección de las manos en tareas de construcción, se asoma por una de las orillas de la gran estructura que descansa sobre el suelo de avenida Tláhuac.
El guante fue hallado específicamente en la zona del colado de liga entre la prelosa y el patín superior de la trabe principal derecha, según la descripción técnica hecha en uno de los dictámenes elaborados a unas cuantas semanas de la tragedia en el Metro, y de los que Mexicanos contra la Corrupción da cuenta en este reportaje.