IDENTIDAD

Capítulo 8

Lucha contra el aborto y los derechos LGBTI+ une a católicos y protestantes

Grupos católicos y evangélicos han dejado de lado sus históricas diferencias para asumir una causa común contra el aborto y los derechos de minorías sexuales. Tienen el respaldo de poderosas organizaciones con fondos que superan los $1,300 millones.


Nos levantamos a una sola voz

por nuestros hijos y un futuro mejor

nadie va a cambiar ni a confundir

lo que en casa papá y mamá solían enseñar

Unamos fuerzas, todos unidos,

es tiempo de actuar a favor de la familia

Nuestros pasos hablarán con el poder de la verdad

rescatando los principios del misterio original

Estas estrofas sin ritmo ni métrica forman parte de un himno que cristianos y católicos han asumido como propio, para unirse en una causa en común: la defensa de lo que ellos definen como familia tradicional y la lucha contra el aborto.

Las diferencias históricas entre los fieles de la Iglesia Católica y otras religiones cristianas (principalmente protestantes) se han diluido al momento de salir a las calles a manifestarse.

Se unieron por primera vez el 10 de octubre de 2016, en protesta por un paquete de iniciativas del entonces presidente Enrique Peña Nieto para reformar la Constitución y reconocer así los matrimonios igualitarios, entre personas del mismo sexo.

En aquella manifestación, que según los organizadores movilizó a un millón 700 mil personas en 122 ciudades, surgió el Frente Nacional de la Familia, cuyo líder visible es Rodrigo Iván Cortés, ex diputado federal por el PAN.

Si bien los cristianos no católicos han colaborado con este frente, decidieron crear una organización paralela llamada Unión Nacional Cristiana por la Familia, que reunió a 7 mil iglesias, y cuyo representante legal ha sido Luis Gallego Cortez, director de asuntos públicos de los mormones.

Católicos y cristianos se volvieron a unir, por segunda vez, en octubre de 2018, en una segunda manifestación nacional, pero esta vez con menor asistencia.

En ambas movilizaciones ha colaborado ADF International, la agrupación conservadora que opera desde Washington y que, pese a ser financiada por protestantes, ha integrado a su equipo de trabajo a católicos.

Por ejemplo, en el proyecto del Frente Nacional de la Familia y en las movilizaciones masivas participó Katharina Rothweiler, formada en la Universidad Panamericana, del Opus Dei, y encargada de las relaciones de alianza en América Latina para ADF.

Katharina ha sido, además, directora de desarrollo y estrategias de Political Network of Values (PNV), una organización vinculada con ADF, que ha trabajado en adoctrinar a políticos mexicanos de los 4 principales partidos en la ideología antiaborto y pro-familia tradicional.

El ex diputado Rodrigo Iván Cortés, también formado en la universidad del Opus Dei, es el vicepresidente de PNV, además de haber sido uno de los creadores del Frente que organizó las movilizaciones de católicos y cristianos.

En la PNV colaboran organizaciones conservadoras de distintos países, además de ADF, entre ellos CitizenGo, de España –ligado al Yunque- y Red Familia, de México, que agrupa a cientos de organizaciones de corte católico y que en 10 años ha recaudado donativos por más de 100 millones de pesos para financiar su activismo en defensa del matrimonio hombre-mujer y de la vida desde la concepción.

Red Familia ha tenido, desde 2015, colaboración con directivos de ADF, con quienes coordinó esfuerzos para concretar las movilizaciones que unieron a católicos con cristianos.

Uno de los primeros directivos de Red Familia fue Vicente Segú Marcos, integrante del equipo directivo del Congreso Mundial de las Familias, una coalición global de conservadores de distintas religiones que se reúne cada año, y que en 2014 fue incluida en la lista de “grupos de odio” del Southern Poverty Law Center, por haber celebrado como “un éxito” las leyes de Rusia que criminalizan la homosexualidad.

Tras dejar la Red Familia, Segú Marcos creó su propia organización llamada Incluyendo México, que entre 2008 y 2017 ha recaudado donativos por 1,254 millones de pesos, una porción de los cuales los ha canalizado a financiar a otros grupos conservadores, entre ellos la Fundación Psicológica Renacer, que brinda terapias de conversión de la homosexualidad.

Esas terapias están prohibidas en otros países y rechazadas por organizaciones internacionales de psicología.

“Nuestra labor está enfocada a la capacitación y entrenamiento de terapeutas que buscan nuevas herramientas para brindar atención a personas que por propia decisión buscan una alternativa a la homosexualidad no deseada”, dice un promocional de Renacer, que entre 2013 y 2017 recibió donativos por 7 millones 880 mil pesos de la organización Incluyendo México.

El principal promotor de estas terapias es el psicólogo José Alberto Garza, quien ha compartido foros con el ex conductor de Televisa, Mauricio Clark, a quien pone como un ejemplo de que es posible “curar” la homosexualidad.

Incluyendo México, grupo en el que colabora Patricio Slim, hijo del magnate Carlos Slim, también ha financiado a grupos antiaborto y pro-familia tradicional, que han participado en movilizaciones, como el Centro de Formación Humana y el Grupo Interdisciplinario para Asuntos de la Mujer, ambos ligados a los Legionarios de Cristo; Todos por Sí a la Vida AC, Juntos por México, Unión Nacional de Movimientos Católicos, Sexualidad Integral Sí y Red de Acción y Ética Política, a quienes en conjunto les ha donado más de 60 millones de pesos.

Además, ha donado 6 millones de pesos a la Fundación Aguirre, Azuela, Chávez, Jáuregui, Pro Derechos Humanos, integrada por los ex ministros Salvador Aguirre Anguiano y Mariano Azuela, que desde la Corte se opusieron al aborto.

Desde su cargo directivo en el Congreso Mundial de las Familias, Segú Marcos ha tejido alianzas con representantes de otras iglesias que tienen la misma agenda conservadora de los católicos. De hecho, la ADF –fundada por evangélicos- ha sido socia permanente del encuentro y sus directivos han sido invitados como conferencistas.